En el último partido y casi en el último minuto llegó el regalo de la Unión Deportiva Marbella. La victoria en La Línea de la Concepción frente a la Balona (0-1) permite a los de José Luis Montes ser cuartos y, por ley, jugar la promoción de ascenso a Segunda División. El clímax de una obra que viraba a tragedia llegó en el 86, cuando Carlos Rivera, dueño y señor del centro del campo costasoleño, transformó un penalti cometido por Joseph. El gol de Rivera condujo al éxtasis a los más de 200 aficionados marbellíes que se desplazaron a la Línea y que despidieron con vítores a sus héroes.

El encuentro comenzó tranquilo, la Balona quería decir adiós a la categoría de bronce de manera dulce y el Marbella insistía en un ejercicio de concentración para olvidar los transistores y centrar su mundo en el Municipal linense. Auspiciado por la prudencia visitante, la Balompédica se hizo con el control del balón y comenzó a sentirse cómoda, desplegando un juego que podría haberle evitado angustias si hubiera aparecido muchas tardes antes.

En un discurrir de amenazas poco acertadas llegó el penalti que pudo cambiar el signo de la historia. González cayó en las inmediaciones de Ávila y Vizuete Sánchez apuntó a los once metros. Galiano cogió el balón y, por suerte para los malagueños, brindó su fallo como despedida a la afición linense. El susto despertó al Marbella, que apeló a Rivera para redefinir la estrategia. El centrocampista no defraudó y, ya en la segunda mitad, robó la pelota a los gaditanos y comenzó a repartir juego. Con Rivera se hicieron buenos Christian y Santi Moreno. El primero se apropió de la banda derecha y empezó a minar las filas locales. De sus botas brotaron los primeros ¡Uhys! en las gargantas visitantes, aunque la ocasión más clara del Marbella la estrelló Santi Moreno en la madera. Corría el minuto 58, pero se intuía la fiesta costasoleña. Sólo David Pérez, muy acertado bajo palos, retrasó el desenlace.