Mijas gozó del mejor balonmano con la celebración de la segunda edición de su Handball Cup. Alrededor de 900 jugadores y jugadoras, pertenecientes a categorías alevín, infantil, cadete y juvenil, se dieron cita durante la semana pasada en las instalaciones de La Cala y Las Lagunas para exhibir su talento y disfrutar de una cita que se está haciendo imprescindible en el calendario balonmanístico de la provincia. 62 equipos procedentes de Andalucía, Bulgaria, Dinamarca o Portugal compitieron, convivieron y compartieron durante siete jornadas que, según destacan de la organización, los participantes demandan que se repita la temporada que viene.

La Mijas Handball Cup también sirvió como banco de pruebas para los jugadores que aspiran a formar parte de los combinados malagueños que participen en el próximo Campeonato de Andalucía de selecciones provinciales. Es la cita clave que tienen los técnicos de la Federación Andaluza de Balonmano (FABM) para valorar posibles integrantes de la selección regional que posteriormente luchará por el título en el Nacional.

La delegación malagueña de la FABM estuvo presente con dos selecciones infantiles masculinas y otras tantas femeninas. El equipo A de las féminas concluyó en tercer lugar, mientras que el A de los chicos fue cuarto.

Entre otros resultados, el CB Mijas se proclamó campeón cadete masculino al vencer en la final al Beach Handball 94, mientras que el Puertosol triunfó en la infantil femenina al doblegar al Casa do Povo de Valongo do Vouga de Portugal. El SPS-Handball.com juvenil femenino, el Sporting Salesianos de Alicante infantil masculino y el C H Burjassot Ciudad Fallera alevín también se encuentran entre los campeones.

La cita mijeña fue usada para que los chavales de la Escuela de Tecnificación de la propia delegación malacitana se probaran contra otros jugadores de nivel.

También se buscaba ver qué comportamiento tienen los jugadores en citas de este calado al tiempo que se pretendía el fomento de valores como la amistad, el compañerismo y la convivencia. Desde un primer momento la organización insistió en que la participación y la diversión debía anteponerse a los resultados.