"Miro hacia atrás y sólo puedo dar las gracias"

El atletismo malagueño busca desde ayer nueva reina. Dana Cervantes abandona el tartán con 39 récords nacionales, 9 títulos de campeona de España absoluta, cinco medallas internacionales y una participación en unos Juegos Olímpicos a sus espaldas. El listón, nunca mejor dicho, está muy alto.

La malagueña se rodeó ayer de la familia y los amigos para despedirse en un acto en el que la emoción y los agradecimientos fueron protagonistas. Flanqueada por su entrenador, Juanjo Sánchez, y el presidente de la Federación Andaluza de atletismo, Enrique López Cuenca, Dana dijo adiós y echó la vista atrás con orgullo. "Hace 15 años que pisé por primera vez una pista de atletismo y hoy tengo 30. Eso significa que llevo media vida haciendo algo que me ha llenado. Decir adiós a esa media parte de mi vida es muy complicado. Ha llegado el momento de despedirme del atletismo tal y como lo he vivido hasta este momento, pero el que ha sido atleta siempre lo sigue siendo. En muchas ocasiones he dicho que me considero una tía con mucha suerte. Llegué a una pista de atletismo con 14 años, con unas condiciones físicas normales y llegar a vivir las experiencias que he vivido y estar en los sitios en los que he estado, pisar un estadio olímpico, es el claro ejemplo de que todo en esta vida se puede conseguir. No me esperaba nada de esto. Miro hacia atrás y sólo puedo decir gracias", relató la malagueña.

Dana restó dramatismo a una decisión "muy meditada" y la justificó en el cansancio acumulado durante 15 años por "la exigencia de la competición". "Hace un año que fue mi última competición. Después de los Juegos de Atenas y mi lesión de espalda, estuve tres años a muerte por volver a recuperar mi nivel físico, técnico y psicológico para volver a estar en mis marcas. El año pasado lo conseguí, incluso superé mis marcas en pista cubierta. Se presentaba un año muy bueno, pero cuando había que comenzar a preparar la temporada al aire libre, de repente mi cuerpo y mi mente hicieron blufff. En ese momento fue una buena decisión tomarme un tiempo de descanso y reflexionar. En septiembre había que tomar la decisión de empezar una nueva temporada y este invierno he entrenado muy a gusto. Ha sido en estos días, en la última concentración en Madrid, donde ya se acercaba el momento de competir y de poner en marcha el mecanismo de competición, cuando me he dado cuenta de que no están repuestos mis niveles de motivación. Me siento cansada para volver a lo que el ritmo de competición exige. Ha sido una decisión reflexionada y, sobre todo, sentida. Es el momento de decir basta. Necesito descanso y cerrar un capítulo que ha durado media vida", explicó visiblemente emocionada.

La emoción fue in crescendo. Y llegó a su punto más álgido en el momento de los agradecimientos, cuando Dana se acordó de todas las personas con las que ha compartido estos 15 años de atletismo sin poder evitar las lágrimas: "... Gracias a todos los atletas que diariamente han compartido conmigo esos entrenamientos, a mis niños y mis niñas, a mis amigas de Santa Rosa de Lima, a Caro, a Jesús, a Gerardo, a Raquel, a Laura, a Leandro, Alberto, Carlos, Juanjo, Rafa, Jorge, Rocío, Sonia, entre otros muchos. Tantas horas de entrenamientos a a vuestro lado no quedan en el olvido".

Dana se acordó de todos. De la Federación, de los clubes a los que ha pertenecido, de la Universidad y el Ayuntamiento de Málaga, de sus rivales, de su familia, de la prensa y, por supuesto, del que ha sido su entrenador a lo largo de estos 15 años. Dana cierra el libro del atletismo y abre uno nuevo, el de la vida fuera del tartán. Anunció que prepara las oposiciones para ser bombero, un nuevo reto para una deportista que ha marcado un antes y un después en el atletismo malagueño.