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El Mouaziz y el resto

  • El marroquí domina por cuarto año consecutivo, sexto en total, en los 10 kilómetros Miles de participantes agradecieron la tregua de la lluvia para completar el recorrido

Hay tantas razones como corredores para participar en la Carrera Urbana Ciudad de Málaga, que cumplió 38 años. Pero la victoria se escribe con nombre marroquí. Albelhadi El Mouaziz, un cazador de recompensas en las carreras populares que domina todos los registros del fondo, desde los 10 kilómetros a la maratón, inscribió su nombre por cuarta vez consecutiva, sexta en total, con la carrera que más gente pone en la calle en la provincia. Afincado en Granada, El Mouaziz hace acopio y se entrena de manera profesional. Está él y después el resto.

Miles de corredores, había más de 15.000 inscritos, surcaron los 10 kilómetros y la MiniCarrera (cuatro, para los más pequeños o los menos entrenados) por el suelo de la capital. Se agradeció que el tiempo concediera una tregua. Llovió por la noche y por la tarde, pero no durante la carrera. Así que no hubo que mojarse. Hay, decíamos, tantas razones como participantes para despertarse temprano, desayunar bien pero sin pasarse y salir a las 10:00 horas con el dorsal puesto. A quien no se le olvida y tiene que pedirlo prestado para no quedarse con cara de tonto, que de todo hay entre los miles. No sólo corren hombres y mujeres, niñas y niños. Se ponen de moda las mascotas y los carritos de bebé, cada vez más. En algún tramo de embudo se hace complicado. Conviven sobre el asfalto tiernos adolescentes con abuelos. Quien viene de una boda el día antes y padece algún imprevisto estomacal con el que corre como si fuera Filípides en Maratón, dándolo todo y soltando codos. Trasciende al fenómeno runner la Carrera Urbana. Es, de alguna manera, una exposición de la realidad de la sociedad aplicada al asfalto el día en que el los peatones se hacen reyes de él.

El cambio de recorrido llevó a salir del Paseo del Parque. Se cambió la ruta porque las obras del Metro impedían hacerlo desde la puerta de El Corte Inglés, lugar habitual. De hecho, hubo cierto embotellamiento al pasar por ahí cuando apenas había transcurrido el primer kilómetro. No en la cabeza, obviamente, porque El Mouaziz ya había arrancado la moto y en la Avenida Andalucía, antes de torcer hacia Herrera Oria, ya era líder destacado. Acabaría con 31 minutos exactos, en un promedio de 3:06 el kilómetro que hace alucinar al que sueña con bajar de seis.

Si el Mouaziz fue el hombre, el color celeste del Cueva de Nerja fue el más repetido en el podio. Además del marroquí y Cristóbal Ortigosa, tercero, estuvo el atleta Bahía de Algeciras Mustapha Sabili, segundo. Tras ellos, los malagueños Mario García y Dani Pérez, del Atletismo Málaga, dos de los mejores fondistas de la provincia que no pudieron subir más arriba. Clásicos como Rubén Espejo, los Salcedo o los Oumaiz estuvieron en el Top 20 de la prueba.

En categoría femenina siguió el tono celeste. La granadina Rebeca García firmó un tiempo de 38:32 para hacerse con el triunfo, también para el Cueva de Nerja, como la subcampeona, Paula Ramírez (38:52). La tercera fue Belén Infantes, cuya hermana Eva también rozó el Top 10. Ambas defienden los colores del Guadalhorce. Beatriz Jiménez, muchos años en el podio de la prueba, estuvo con su bebé. La polivalente atleta alhaurina, que también le da al triatlón y al duatlón, acabó séptima. María Bravo, también ducha en pruebas combinadas, fue quinta. Es reseñable el aumento de participantes femeninas en la prueba. No se llega a la paridad pero se va caminando poco a poco hacia ella.

Si El Mouaziz acabó en media hora, hay quien hizo el recorrido en hora y media. En el fondo, cada uno ganó su prueba, es lo bueno de una carrera popular, los objetivos se los pone cada uno y la meta es volante, a gusto del consumidor. Lo bueno es hacer deporte. Más sano así que el de la superélite.

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