Muere Boskov, el técnico de las grandes frases

Boskov, en 2000, con Yugoslavia.
Boskov, en 2000, con Yugoslavia.
Juan J. Lahuerta (Efe) Madrid

28 de abril 2014 - 05:02

Vujadin Boskov, ex entrenador entre otros del Real Madrid, falleció a los 82 años, después de una dura enfermedad que apagó la vida de un profesional de los banquillos que dejó para la posteridad grandes frases y momentos.

La llama del técnico serbio se apagó en la ciudad italiana de Génova para culminar una semana negra tras la muerte del ex entrenador del Barcelona Tito Vilanova. Boskov, genio y figura, llegó al Madrid de la mano del presidente Luis de Carlos. Era la temporada 79-80, la primera sin el presidente Santiago Bernabéu, y el técnico serbio sustituyó en el cargo a Luis Molowny, que había ganado la Liga.

Con Boskov el Real Madrid recuperó una rutina de entrenamientos basados en la fuerza y en las tácticas. Pero el serbio no era nuevo en el mundo del fútbol. Hasta que llegó al Real Madrid su currículum estaba repleto de historias. Nacido en la localidad de Begec el 16 de mayo de 1931, salió de una pequeña ciudad de algo más de 3.000 habitantes para jugar en la Vojvodina entre 1946 y 1960. En ese tiempo fue internacional con su país, con el que logró la plata en los Juegos de Helsinki en 1952 al perder con la Hungría de Ferenc Puskas.

Fichó por la Sampdoria, donde sólo jugó una temporada y finalizó su carrera en el Young Boys suizo, donde llegó a combinar funciones de jugador y entrenador. Fue el inicio de una larga trayectoria en los banquillos. Antes de llegar al Real Madrid dirigió al ADO La Haya, Feyenoord y Zaragoza.

En el Madrid aplicó sus métodos y dejó momentos memorables con frases llamativas. La lista es larga y pese a que los años han pasado, nadie las ha olvidado: "Fútbol es fútbol"; "punto es punto"; "penalti es cuando árbitro pita"; o "ganar es mejor que empatar y empatar es mejor que perder", son ejemplos de una simplicidad genial que definieron su personalidad.

En los terrenos de juego logró ganar la Liga de 1979 en un pulso tremendo con la Real Sociedad que luego perdería la temporada siguiente. También consiguió dos Copas del Rey, la última en 1982, y tocó techo llevando al Real Madrid a la final de la Copa de Europa de 1981, 15 años después de la última que disputaron y ganaron los blancos en 1966 al Partizan. La perdió ante el Liverpool en el Parque de los Príncipes (1-0) con una equipo plagado de canteranos, Los García, y comenzó su declive en el Madrid.

Tras su salida, en 1982, siguió entrenando. Lo hizo en el Sporting, Ascoli, Sampdoria, con la que conquistó dos Copas de Italia y su único título continental, la Recopa de 1990 y perdió la final de Wembley de la Copa de Europa ante el Barcelona en 1992, Roma, en la hizo debutar a Totti con 16 años, Nápoles, Servette, Perugia y, finalmente, en la selección yugoslava hasta el año 2000.

Boskov acabó como fue él. Con 82 años, participaba en las redes sociales. La última, data del 25 de abril: "Tengo aún pequeños problemas con las diabluras tecnológicas de Internet. Volveré pronto con mis twits". No tuvo tiempo.

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