Muerte lenta del Antequera

El Balonmano Antequera camina lentamente hacia su fallecimiento. Se va asumiendo una muerta lenta a expensas de que llegue un mecenas que aporte la cifra en torno al medio millón de euros que rescate al club de su desaparición. La desesperación linda con la lógica desmotivación progresiva. Obtenida prácticamente la permanencia en la Asobal sobre la pista, lo más difícil es conseguirla fuera. No hay indicios positivos. Los jugadores y los empleado acumulan varios meses sin cobrar, no hay nuevas medidas de financiación. Se esperaban las conversaciones con Adif, la empresa que va a gestionar la construcción del anillo ferroviario en la comarca. Pero no hay progresos pese a las gestiones de algunos políticos, que de momento no surten efecto.

Las medidas que se toman van encaminadas a recortar al máximo los gastos. Por ejemplo, en el próximo viaje a Torrevieja (sábado 18:00 horas) no habrá noche de hotel. El equipo saldrá por la mañana desde Antequera en autobús, fletado por uno de los patrocinadores que aún permanecen fieles al equipo, y afrontará las más de seis horas de viaje hasta la ciudad alicantina antes de salir a la pista. Obviamente, regreso por el mismo medio tras el partido. El gasto, los bocadillos o el menú del día.

La situación deportiva es holgada, se está más cerca de Europa que de la salvación, y los jugadores, en vista de las constantes promesas incumplidas, empiezan a mirar por su futuro, primero desde el punto de vista económico. Ayer, por ejemplo, tocaba sesión física y sólo acudieron siete hombres a entrenar, entre lesionados y residentes en la capital que prefieren ahorrarse el viaje y la gasolina. Algunos de ellos han tenido que pedir dinero prestado a sus padres, incluso volver a vivir con ellos.

La buena temporada deportiva que realiza el equipo de Ortega tiene en el escaparate a varios jugadores para clubes de mayor nivel. Acabarán emigrando, vista la situación. Tiene pinta, otra vez, de que en Málaga no habrá balonmano de élite en la temporada que viene.