Tenis l Abierto de Estados Unidos

Murray termina el trabajo

  • El escocés derrotó a Nadal por 6-2, 7-6 (5), 4-6 y 6-4 en la reanudación de la semifinal aplazada el sábado a causa de la lluvia y jugará su primera final de un 'grande' ante el suizo Roger Federer

Lo intentó, pero Rafa Nadal dejó a un lado en esta ocasión la heroica para rendirse a la evidencia. El cansancio y Andy Murray pudieron esta vez con el número uno del mundo, que, pese a perder con el escocés por 6-2, 7-6 (5), 4-6 y 6-4 y no meterse en la final del Abierto de los Estados Unidos, conservará hasta finales de año su posición de privilegio.

Murray confirmó el buen juego que mostró antes de que la semifinal contra Nadal fuera aplazada por la intensa lluvia, y alcanzó su primera final de un grande, en la que se enfrentará a Roger Federer, número dos del mundo.

Nadal iniciaba el reto de remontar el encuentro con 2-3 a su favor en el tercer juego. El manacorí no desaprovechó la opción de ponerse 2-4 y ganó su servicio sin excesivos problemas. Era sin duda el objetivo del español, que sabía que con mantener su saque se haría con el set y mantendría muy vivas sus esperanzas. Murray, mientras, a lo suyo. El escocés, con un potente servicio, se lo jugó todo en el octavo juego, pero Nadal con un ace cercenó de lleno las posibilidades del británico en la tercera manga, que se la llevó el balear por 4-6. El primer reto, estaba cumplido. Ahora quedaba por delante un partido de dos sets.

Murray se impuso en el primer juego del cuarto parcial. Nadal empató en un maratoniano juego en el que su rival perdió varias opciones de break point para ponerse 2-0, pero el mallorquín reaccionó a tiempo para llevarse su saque y, posteriormente, romper el del británico para jugar con 1-2 y su servicio. Era, sin duda, el momento clave del encuentro, y el español no falló. Pese a que su rival se puso con un incómodo 0-30, Nadal solventó el juego con cuatro puntos consecutivos que le dieron un cómodo colchón (1-3) con el que encarar el resto del set. Murray, sin embargo, no estaba dispuesto a arrojar la toalla con facilidad, pues estaba ante la oportunidad de su vida. Y como vino la ventaja, se fue. Murray conservó sin problemas su saque y rompió el siguiente servicio de Nadal para empatar a tres. Para colmo, el británico recuperó la iniciativa con el siguiente juego (4-3) y ponía contra las cuerdas al número uno del mundo, obligado a reaccionar si no se quería despedir de su primera final del US Open.

Lo peor es que las sensaciones que dejaba sobre la pista el oro olímpico de Pekín eran las mismas que las de la jornada anterior. Llegaba tarde a muchas bolas, le faltaba fuerza y en la red fallaba más de lo que se necesita para disputar con ciertas garantías una final ante Roger Federer.

Así las cosas, con 4-3 le tocaba servir al balear, que tenía enfrente a un motivadísimo Murray, que dispuso incluso de un break para ponerse 5-3. El español solventó la papeleta y el choque volvía a estar en todo lo alto.

La situación, sin embargo, se repetía de nuevo poco después. El escocés ganaba sin dificultades su saque dejando toda la presión para Nadal, que con 5-4 en el marcados se veía obligado a mantener su saque. Ya no cabían más errores, pero el mayor peligro era la solvencia con la que Murray ganaba continuamente sus servicios y el trabajo que le costaba al español sacarlo adelante. Con estas circunstancias, el inglés no estaba dispuesto a dejar pasar más tiempo. Después de tres horas y media de partido, con el primer match ball que dispuso se llevó el gato al agua con un nuevo break.

Nadal se limitó a defenderse como pudo de los continuos ataques de Murray, muy agresivo en este juego. Las fuerzas tienen un límite, y quizá el balear dejó de presentar batalla sabedor de que tarde o temprano acabaría cediendo.

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