ANTEPROYECTO

La Nueva Rosaleda

  • El Ayuntamiento promueve un nuevo estadio al norte del Puerto de la Torre si España y Portugal organizan un Mundial y Málaga es sede

Es un anteproyecto, pero es el que está incluido en el Libro de la Candidatura Ibérica que se entregó el pasado 15 de mayo a la FIFA para que España y Portugal organicen el Mundial de fútbol de 2018 o el de 2022. Y en él aparece el que sería, a partir de 2016, nuevo estadio del Málaga, La Nueva Rosaleda.

Su ubicación, como se observa en el gráfico que acompaña a estas líneas, es en el entorno del Puerto de la Torre (al norte). Justo en el área de crecimiento lógico de la ciudad y al oeste de la confluencia de la autopista de peaje que llegará desde Las Pedrizas y la segunda ronda de Málaga, que también está en proceso de construcción. A 12 kilómetros del centro de la ciudad y 13 del aeropuerto, 11 de la estación de tren y una distancia muy similar a la de autobuses, estos últimos y los taxis serán los medios de transporte público que, en principio, lleguen a él.

La intención es que el nuevo estadio, funcionalmente, esté en consonancia con la idea fundamental de la propia Candidatura Ibérica: "Se priorizará el cuidado del medio ambiente, teniendo especial interés en la identificación de aquellos factores que puedan alterar el impacto climático en el mundo y la identificación de la candidatura en la organización del Campeonato del Mundo con especial hincapié en el cuidado del gasto de energías naturales".

Al tratarse de un anteproyecto, los datos pueden oscilar, pero no los parámetros generales en los que se mueven. Su capacidad inicial es de 45.000 espectadores (1.500 asientos VIP y 2.620 para medios de comunicación), la mínima que exige la FIFA para un evento como el que se está celebrando estos días en Sudáfrica. Las dimensiones del terreno de juego serán de 105 x 70 metros. El tipo de terreno de juego que está previsto es que sea la última generación que mezcla la hierba con hierba artificial. Dispondrá de cuatro vestuarios y 11 oficinas y, además, tendrá una capacidad de aparcamiento propia de ocho autobuses y 250 vehículos.

El plazo de construcción del mismo también está fijado: se iniciará en 2012 y se acabará en 2016. El motivo de que se concluya dos años antes de 2018 es que debe estar completo en esa fecha por si le tocara albergar algún encuentro de la Copa Confederaciones de 2017, la primera según a lo que opta la Candidatura Ibérica.

La Rosaleda se antoja como fundamental a la hora de financiar este campo, acorde a la demanda de los malagueños que acuden cada fin de semana al vetusto estadio blanquiazul. Remodelada en 2006, se utilizaría hasta 2016. Antes ha de convertirse en la clave de la financiación de esta magna obra propuesta por el Ayuntamiento de Málaga y para la que el propio Consistorio busca aliados a modo de socios.

Para que el boceto de imágenes que ilustran estas páginas se convierta en un proyecto, hacen falta que se den las condiciones de que salgan España y Portugal y Málaga sea sede. Esto se sabrá el próximo 2 diciembre, día en el que el comité ejecutivo de la FIFA decidirá los organizadores de las Copas Mundiales 2018 y 2022, en las que están incluidas las Copas de las Confederaciones 2017 y 2021. Posteriormente, entre la propia FIFA y los miembros de la Candidatura Ibérica decidirán las ciudades y los estadios que la albergarán. Y Málaga ya sueña con ello y su Nueva Rosaleda.

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