Deportes

Otro Obradovic exitoso

  • Sasa estuvo cerca de dirigir al Baskonia el pasado verano, pero apostó por solidificar en Berlín una plaza que la Euroliga considera estratégica Pesic, Maljkovic, Ivkovic y Zeljko fueron sus maestros

Su apellido coincide con el del mejor técnico de la historia de la Euroliga, Zeljko, el señor de la competición. Pero Sasa Obradovic (Belgrado, 1969) tiene su propio pedigrí, que no es cualquier cosa. Su palmarés de jugador tira para atrás. Tricampeón de Europa (95, 97 y 01), campeón del mundo (98) y subcampeón olímpico (96) con Yugoslavia, no fue el jugador más deslumbrante de la generación postguerra que sostuvo el orgullo serbomontenegrino en lo más alto, pero siempre estuvo ahí. Un inteligente base alto, de 1.97 metros, que defendía y que engrasaba la maquinaria a la que daban palanca Bodiroga, Stojakovic Djordjevic, Divac y Danilovic en distintas etapas de un lustro largo mágico en el que el propio Zeljko estuvo al mando en el banquillo.

Obradovic empalmó en Colonia la carrera de jugador con la de técnico. No había que ser muy avezado para intuirle cualidades de entrenador cuando jugaba. Y cuando se repasa la retahíla de maestros que le dirigieron en su carrera se entiende un poco mejor. En el Estrella Roja, cantera señera, le dirigió el padre de Djordjevic, Branislav. En Limoges, Boza Maljkovic. En Berlín, Svetislav Pesic. En la selección Dusan Ivkovic, Zeljko Obradovic y el propio Pesic. Bebió de las mejores fuentes de la tradición del baloncesto serbio.

Hizo la mili en Ucrania (Kiev y Donetsk) y Polonia (Turow) antes de ponerse a los mandos del Alba Berlín, donde cumple su tercera temporada. El pasado verano estuvo en un tris de suceder a Sergio Scariolo en el banquillo del Baskonia, pero prefirió seguir pilotando el proyecto sólido de la capital alemana, donde ha ganado las dos últimas copas. La Bundesliga se resiste desde 2008 y es el reto de Sasa, que ya militó un trienio como jugador en Berlín (1994-97) con el hito de la conquista de una Copa Korac ante el Olimpia Milano en el que fue protagonista. 46 puntos entre los dos partidos de la final, la primera ganada jamás por un equipo alemán en el baloncesto continental.

Es evidente que Berlín en particular y Alemania en general es un mercado esencial para la Euroliga. En el proyecto que contempla Jordi Bertomeu se reserva una plaza más. El Alba recibió esta temporada una invitación para la Euroliga tras firmar la pasada temporada una notable Eurocup en la que quedó primero en el grupo y el Last 32 antes de estrellarse contra el Valencia, a la postre campeón.

En sus declaraciones previas al partido, Obradovic se muestra tremendamente respetuoso con el Unicaja, al que coloca al nivel de los más grandes de sus rivales en la primera fase de la competición. "CSKA, Maccabi y Unicaja son los líderes de nuestro grupo. Si no sales al 100% o más no tendrás ninguna opción ante tan grandes contrarios. Nuestro primer partido ante el CSKA no fue un retrato fiable de nosotros y nuestro juego", decía el de Belgrado, que daba la receta para ganar en el Carpena: "Debemos estar mucho más tranquilos y coger confianza desde la defensa".

"Málaga tiene una gran tradición de baloncesto y es un placer jugar allí", remató su alocución Obradovic, que en su última visita en el banquillo del Alba consiguió ganar en el Carpena tras haber perdido tres partidos antes en la temporada 2012/13, cuando ambos equipos coincidieron en la primera fase y el Top 16. "Ganar en Málaga es una satisfacción grande, valoramos mucho el triunfo", dijo entonces.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios