Las hojas del calendario van cayendo y mayo, el mes del play off, está ahí al lado. Y el Unicaja está más lejos que nunca de encontrarse entre los ocho mejores, a dos triunfos de la zona noble tras perder en Vistalegre (78-69). Queda un tercio de Liga, 11 jornadas. Mejor no pensar más allá. Cada partido es ahora una final. Pero mientras los jugadores no lo comprendan y no se les meta en la cabeza no habrá manera. Por si alguien no lo sabe, quedan dos meses. Quedan advertidos.

Bordea el Unicaja las victorias a domicilio en la era Mateo, pero no las consigue y es un estigma que quizá no merezca pero que es tan real como que escuece. En Vitoria y en Sevilla se anduvo muy cerca, ayer no muy lejos. Pero números son números. Y el play off, a 7 de marzo de 2011, está a dos triunfos. Mucho, demasiado, para un equipo diseñado para otra cosa y valorado económicamente muy por encima de su rendimiento real, con jugadores que son una pesada carga, otros a los que se les encoge el brazo. Algunos, tristemente, no tienen el nivel para ser jugadores del Unicaja.

Cuesta asumir la realidad y ésta es que el Asefa Estudiantes está hoy mejor que el Unicaja, que un club en ley concursal tiene a su público entregado, con ocho victorias consecutivas, a un triunfo del play off y a una eliminatoria de los cuartos de final de la Eurocup, es mejor sobre la cancha. Desde el minuto 1 al 40. Apenas dominó el Unicaja en el primer cuarto, en una llamarada de Freeland, que anotó nueve de los 11 primeros puntos del equipo, con un par de mates brutales y un triple. Pero la figura del inglés se fue menguando a medida que el Estudiantes redobló su atención sobre él y que los árbitros le perdieron el respeto en un par de acciones de falta clarísima que no señalaron. Jugadores de mayor nombre son agraciados con faltas de menor intensidad. Una cosa no quita la otra. Debe ser fuerte para producir y superarse, es un campo para crecer. Y otro detalle es que tampoco sus compañeros le encontraron. Llevaba 15 puntos al descanso, tras una exhibición superlativa. No anotó en el segundo. No es normal.

Dominaba siempre el Estudiantes, una vez el animal llamado Caner-Medley hizo su irrupción. "Juega a otro nivel, superior. Está increíble", advertía Germán Gabriel antes del partido mientras saludaba a alguno de sus amigos en el equipo malagueño. Lo corroboró, y de qué manera, el norteamericano. Encontró la colaboración de Daniel Clark, la torre inglesa con mano de seda, que hace varios años irrumpió en un Nacional junior en Coín para después no corroborar lo que entonces apuntaba. Ahora sí parece consolidarse. Comparte selección con Freeland y Archibald.

Amagó con marcharse el Estudiantes (29-20), pero se contuvo en el partido el Unicaja cuando los exteriores empezaron a anotar. No lo hicieron hasta el minuto 13, cuando McIntyre anotó su primer triple. Los 17 primeros tantos los habían conseguido los pívots. Anormal también, aunque una costumbre acusada en los últimos encuentros. Con una aportación coral, aliñada con los réditos de una técnica a Asselin paliados por una antideportiva a Archibald, se consiguió amortiguar los daños (35-34) al descanso. La sensación era de dominio estudiantil, más de lo que indicaba el marcador. Pero el triunfo era mínimo.

Salió más enchufado el Estudiantes tras el descanso, ayudado por un par de pérdidas de McIntyre después remendadas con dos triples. No consigue Chus Mateo transmitir ese instinto asesino que pretende. No lo digiere quizá la plantilla, ayer despojada de Berni Rodríguez. Se infiltró para aliviar el dolor por una rotura fibrilar. Pero a los tres minutos debió decir basta. Era insoportable. Y el equipo nota la ausencia del capitán en varios terrenos, uno de ellos la lectura del juego.

Se marchaba el Estudiantes (54-44), pero Fitch consiguió con ocho puntos casi seguidos comprimir el duelo (56-53). Sinanovic aportaba alguna canasta destacada. Pero Clark apareció otra vez con cuatro puntos consecutivos (68-60). Y ya puso una distancia demasiado grande al partido. Caner-Medley, a la postre MVP de la jornada, se encargó de que el partido quedara en casa acotando los aros. El average se perdió con un rival directo. Y la sombra de una temporada sin play off cada vez es más alargada. Peligro, peligro.