Las carreras populares de atletismo florecían, aumentaban de participación y se vivía un boom, detenido abruptamente por la extensión de la pandemia. Días antes de que empezara el confinamiento, en Málaga, se presentaba la Media Maratón, que era suspendida horas más tarde. Desde entonces se han ido cancelando pruebas de forma continuada todas ante la imposibilidad de desarrollarla por las limitaciones de contacto impuestas. Pero se empiezan a desarrollar fórmulas para que el atletismo popular, el de nivel profesional sí va teniendo actividad, vuelva a latir.

La semana pasada se celebró en Nerja la tradicional Milla de Navidad, en el Estadio López Cuenca, con la limitación de ocho corredores a la vez sobre al tartán. En Pizarra, este fin de semana se fue un paso más allá y se desarrolló una carrera en ruta particular en un formato interesante en estos momentos en los que no es posible concentrar a masas de gente, siquiera al aire libre. Son brotes verdes en el atletismo popular. En la localidad pizarreña se disputó este sábado una carrera en formato contrarreloj en un circuito cerrado, sobre 4.8 kilómetros, la primera en la provincia desde marzo. 

El Área de Deportes del Ayuntamiento pizarreño organizó la prueba, de alguna manera experimental y con un tope de 80 participantes para hacer controlable todo el proceso y probar las posibilidades de un evento de este calado. La prueba salió del campo de fútbol Nuestra Señora de la Fuensanta, al que sólo podían acceder los participantes más los miembros de la organización. Había un control de acceso, con obligatorio uso de mascarillas y gel hidroalcohólico para aplicarse. Una vez dentro, la salida se hacía en formato contrarreloj ciclista, dejando un tiempo entre cada corredor. La cita era por orden alfabético, antes de la prueba se había dado una estimación horaria de en qué momento saldría cada corredor. La mascarilla era obligatoria hasta la cuenta de cinco segundos para salir, instante en el que se podía quitar y colocar en otra parte del cuerpo para volver a colocársela en la llegada después de haber recorrido las calles pizarreñas.

Se computó una clasificación, en la que resultó ganador Cristian Benítez (15:44), por delante de Rubén Espejo (16:13) y Antonio Francisco Martín (16:26). En categoría femenina, Belén Infantes fue la mejor (19:25). Nombres clásicos en las pruebas de ruta habituales en la provincia, que de esta manera tuvieron un test competitivo, en un formato distinto, pero que abre un escenario interesante para citas puntuales a la espera del regreso a la normalidad, algo que, como se ve, puede dilatarse varios meses más. En otras provincias españolas se hacen ya también pruebas. A decir de los participantes en la carrera de Pizarra, la organización fue excelente y se demostró que, de manera diferente, el atletismo popular competitivo en ruta puede tener vida en la pandemia también.