El UMA Probisa Pizarra llegó ayer a Mallorca con la imperiosa necesidad de vencer al Melchor Mascaró para abandonar el farolillo rojo de la clasificación. Pero, lejos de eso, los pupilos de Jorge Montoro no sólo perdieron (3-2), sino que sufrieron errores arbitrales que les abocaron a ceder al menos uno de los parciales jugados (25-15/19-25/22-25/25-18/15-10).

Se iniciaba el encuentro en la ciudad insular con una importante novedad en el bando visitante, el debut del central Simo. El marroquí fue uno de los más destacados del choque -máximo anotador del partido con 21 puntos- y poco a poco logró destaparse al empatar el encuentro en el segundo set.

Las cosas se ponían de cara para los universitarios, que se veían con posibilidades para hacerse con el envite. Pero en el tercer set llegó la tensión. A pesar de que el parcial estaba empatado a 23, el árbitro de mesa -colegiado local- cambió el tanteo y puso un 24-22 en el marcador a favor del Mascaró.

El Probisa manifestó sus quejas a la mesa y Montoro vio una tarjeta amarilla. "Pese a que el manual de fair play [juego limpio] indica que el técnico debe reconocer un fallo similar, su entrenador esperó al término del envite para admitirme que los marcadores fueron cambiados", dijo el técnico malagueño.

Este hecho dejó a los pizarreños fuera del partido. Mentalmente se quedaron tocados y eso afectó al resultado final. A pesar de todo, Montoro observó una buena evolución en el juego de sus pupilos: "Me quedo contento, han mejorado mucho en ataque y recepción".

El club malagueño, que había filmado el encuentro, mandará ahora una queja formal a la Federación Española con las actas del partido firmadas por ambos capitanes y con las cintas, en las que se aprecia que realmente los marcadores mostraban el 23-23.