Proyecto Kuzmic

El bosnio, de 2.14 metros y 21 años, fichado para el Clínicas sorprende positivamente con el primer equipo · Comparte trayectoria con Sinanovic, su principal apoyo ahora en Málaga

Kuzmic posa en la pista central del Martín Carpena, tras el entrenamiento matutino de ayer.
Kuzmic posa en la pista central del Martín Carpena, tras el entrenamiento matutino de ayer.
José Manuel Olías / Málaga

24 de agosto 2011 - 05:02

Bozidar Maljkovic decía la semana pasada que Ognjen Kuzmic era, junto a Dejan Todorovic (escolta junior de segundo año), un postrero regalo al Unicaja, uno de los tres clubes de su vida junto a Jugoplastika y Limoges. Kuzmic estuvo en diciembre varias semanas en Los Guindos y los técnicos dieron el visto bueno. 2.14 metros, 20 años, coordinación y hambre. Venía avalado también por Kosta Jankov, segundo de Maljkovic en su etapa malagueña y que ahora trabaja con jóvenes promesas. Boza argumentaba que habló con sus padres para recomendarle que vinieran a Málaga, el mejor lugar para desarrollarse. Y que ambos eran jugadores de calibre Euroliga.

Kuzmic entrena desde el lunes a las órdenes de Chus Mateo con el primer equipo. Llegó para jugar, de primeras, en el Clínicas Rincón, pero tiene el campo abierto, como se recalca desde el club con todos los jugadores del filial. Manolo Rubia, director deportivo, explica por qué se acometió la contratación de Kuzmic. "Era un chico desconocido, pero muy alto y coordinado. Nos sorprendió que es una esponja, asimila todo y muy rápido. Es muy útil, muy grande. Los entrenadores están asombrados por cómo está progresando", asegura Rubia, que sostiene que es "una operación asumible para la entidad. Si el salario fuera desproporcionado, no hubiéramos acometido la operación. Le hemos enganchado tres años y espero que pronto podamos verle jugar en ACB".

Kuzmic, que ya cumplió 21 años, confiesa que le cuesta bastante dormir en Málaga a causa del calor. Aún no se atreve a hablar en inglés, aunque lo chapurrea, y pide a Nedzad Sinanovic que le haga de intérprete, a lo que éste accede cortésmente. Dice que intentará hablar pronto en castellano. Sus historias son muy similares. Son muy altos, comenzaron tarde en el baloncesto, jugaron los dos en el Celik Zenica, último club de Kuzmic, un paso por Málaga... "Yo hice la mili en Zenica y por eso estuve en ese club", explica Sinanovic, que nació en Zavidovici, a 40 kilómetros de Doboj, la ciudad natal de Kuzmic. Ahora les toca medirse en cada entrenamiento durante este mes de pretemporada. Cuentan los que les ven ejercitarse que el nuevo no desentona en absoluto.

"Empecé a jugar en la escuela, con 15 años, en el recreo. Mi profesor me vio jugar y me metió en una escuela de baloncesto", explica Kuzmic, vía Sinanovic. En su biografía sorprende un paso por Finlandia de dos años, en el UU-Korihait. "El entrenador que me vio en la escuela tenía contactos allí y me invitaron, me dijo que era lo mejor para desarrollarme como jugador. Fue una buena experiencia".

Kuzmic es un gran desconocido para el aficionado al baloncesto. "Estoy creciendo como jugador y tengo que mejorar cada aspecto del juego, en todo. Puedo correr, intimidar...", responde cuando se le pide una autodefinición. Para profundizar más, se le cuestiona a Chus Mateo, que disecciona al gigante bosnio, que en mayo cumplió 21 años. "Le conozco por lo que le vi al final de la temporada pasada y el par de entrenamientos tácticos que hemos hecho. La sensación es la de un jugador coordinado, rápido para su estatura, brazos muy largos y gran envergadura. Con un cuerpo capaz de formarse bien y aguantar a gente de tamaño. Sobre todo me fijo mucho en su envergadura", recalca Mateo, que alaba su concentración a la hora de emplearse: "Es serio en el trabajo, no hace tonterías. Da sensación de solidez y, sobre todo, es capaz de finalizar bien lo que pueden generar otros compañeros. Es un punto favorable su seriedad. Defensivamente es un jugador capaz de intimidar Puede jugar por encima del aro, sin tener un gran salto. Y es capaz de correr la cancha, sin ser superrápido".

Kuzmic destaca que eligió Málaga entre otras ofertas que disponía "porque estuve muy a gusto cuando vine a probar, me encantó la ciudad y el club. También la gira por China, la oferta era buena. Ahora estoy contento por trabajar al máximo nivel. Es diferente al trabajo que estoy acostumbrado a hacer, es bastante duro pero es lo que me puede hacer mejorar. También entrenarme cada día con los mejores pivots, es otra de las razones por las que decidí venirme hacia aquí", dice el bosnio, que sonríe y prefiere callarse cuando se le cuestiona por las palabras de Maljkovic en la que decía que si no es un jugador de Euroliga será un fracaso del jugador o de los técnicos.

El proyecto de Ognjen Kuzmic es una de las apuestas del Unicaja en esta época de austeridad en la que una de las vías para seguir siendo grandes es apostar por jóvenes valores aún sin contrastar al alto nivel. Entraña un riesgo, pero en este caso el club malagueño entiende que hay red abajo, que hay materia prima.

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