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De Ramiro a Cook

  • El récord del neoyorquino permite recordar a una figura emblemática, un base que hace 20 años lideró el quinteto que completaban Blanco, Arlauckas, Vecina y Brown

Cuando Omar Cook tenía ocho años y botaba su primer balón en Brooklyn, en Málaga se recitaba de memoria un quinteto que permanece en el imaginario colectivo: Ramiro-Blanco-Arlauckas-Vecina-Brown. El jefe de aquel equipo, la prolongación de Mario Pesquera en la pista, era Federico Ramiro Mor (Madrid, 1962), base formado en la cantera del Real Madrid que militó durante tres temporadas en el Caja de Ronda (1988-1991). Cook le superó a él, cuando repartió el sábado nueve asistencias, como mejor pasador en una temporada del club. Fede Ramiro (5.55 pases por partido) fue el mejor en esa faceta de toda la liga en la campaña 89/90, como lo será Cook en ésta, pues saca casi un pase por partido de media al siguiente en la lista (5.93 a día de hoy). Pepe Sánchez lo consiguió también en la temporada 2006/07.

20 años después se produce el trasvase de un récord que Ramiro no sabía que aún detentaba. "No tenía ni idea. Pues sí que había durado, sí", dice divertido vía telefónica desde Madrid, donde trabaja como fiscalista en un despacho, un tanto desvinculado del baloncesto, que ahora sigue como aficionado raso. "Me hubiera gustado seguir haciendo algo, pero entrenador no quería ser. Tampoco tenía muchas más salidas", dice.

De hecho, confiesa que no ha visto jugar a Cook con continuidad, sólo a ratos. Prefiere abstenerse cuando se le pide un juicio sobre el ahora base cajista. "Como siempre, se dice, los récords están para ser batidos. El baloncesto ha sufrido un cambio grande en la forma de jugar, no tiene nada que ver. Es todo diferente, el deporte va evolucionando, los jugadores deben ser más rápidos, más fuertes. Más completos y más específicos a la vez, se necesitan mejores atletas", reflexiona Ramiro, que sonríe al recordársele que en esa campaña jugó más de 40 minutos de media por encuentro (40:33), ya que hubo varias prórroga: "Sí, ahora eso es impensable. Ése sí es difícil que se bata, debe ser de Guinnes [risas]. Igual le pasaba a Ricky [Brown] o Joe [Arlacukas]. Casi todos jugábamos los 40 minutos".

Cuando se le cuestiona qué tipo de jugador era para refrescarlo a los más jóvenes, Ramiro evoca a la figura clásica del base: "Nunca me gustó mucho tirar. Era más director en el antiguo concepto, con pocos puntos y pensando mucho en el equipo. Era más organizador, era la prolongación de Pesquera en el campo, se solía decir. Jugaba todos los minutos del mundo".

Ramiro habla de aquel equipo y celebra que aún se recuerde a sus protagonistas. "Fueron años bonitos. No me extraña que se recuerde por Málaga. Brown venía con mucha experiencia en la NBA, Arlauckas era increíble anotando, Rafa [Vecina] era internacional...", rememora el base madrileño, que se quedó con algún lamento: "Fue una pena no tener un banquillo más profundo. Siempre tuve la idea de que hubiéramos podido hacer más, haber conseguido algún título o estar cerca, pero nos quedamos quintos, creo recordar. Jugamos alguna Korac, en la que podíamos haber hecho más... En fin, era otra época, en la que el baloncesto se vivía con pasión allí. Todavía existían los derbis con Maristas. Después llegó la fusión. Personalmente fueron los mejores años de mi carrera, cuando mejor jugué. Me permitió ser internacional cinco veces. Para Málaga como ciudad, al equipo y a la gente sólo tengo palabras de agradecimiento. Desde la lejanía, uno se sigue sintiendo un poco partícipe de la historia del club".

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