Resultado y crónica del Japón-España

España controla a una revoltosa Japón (77-88)

  • A lomos de un gran Ricky Rubio (20 puntos y nueve asistencias), España completa un partido solvente ante una selección anfitriona mejor de lo que dice su nombre y tradición

Llull y Abrines felicitan a Marc Gasol.

Llull y Abrines felicitan a Marc Gasol. / FIBA

El baloncesto masculino, el acorazado de la expedición española en Japón y en el último baile de gran parte de una generación gloriosa, medallista en los tres últimos Juegos Olímpicos, comenzó con una victoria ante el anfitrión (77-88). Dominaba por 24 puntos mediado el tercer cuarto, pero los locales, animosos y mejores de lo que dice su nombre, fueron revoltosos. Nunca peligró el partido, sobre todo porque España, incluso cuando falló, transmitió la sensación de que estaba en el partido, concentrada. Una victoria más, ante Argentina o Eslovenia, le garantizará un billete en cuartos de final.

La baja de Juancho ha alterado la rotación que tenía programada Sergio Scariolo, el quinteto base del título mundial de China, con Ricky, Rudy, Claver y Marc Gasol. Alberto Abalde, en su primer gran campeonato con la selección, es el relevo del segundo Hernangómez. Sin llegar a la excelencia física y atlética del jugador al que Minnesota ha impedido jugar, mantiene el nivel el gallego. Con esa base, España arrancó a lomos de Ricky y Marc (2-11). Japón es un equipo cuyo nombre dice poco en el gran nivel internacional, pero, además de ser anfitrión, es un bloque respetable, con un titular NBA como Hachimura, otro jugador como Watanabe con experiencia en la liga americana y una preparación minuciosa y larga del argentino Julio César Lamas, que dirigiera al Real Madrid a principios de siglo, en la que ha ido elevando la competitividad del grupo. Las victorias en amistosos contra Francia y Bélgica ponían en alerta.

Se enganchó al partido el cuadro local, embarrando más el juego. Al principio había fluido todo, pero se atascó España, tuvo un tramo de ocho minutos en los que el duelo se equilibró. El excel que maneja Sergio Scariolo para dosificar cargas físicas de los jugadores es compañero fiel. Y las rotaciones son sagradas en los albores de la competición. Se privilegia, aunque el margen de error se reduce con el cambio de formato, de ocho a seis partidos como tope, involucrar a jugadores que serán necesarios más adelante.

Igualó Japón el partido (26-26), pero el tiempo muerto de Scariolo cuadró de nuevo al equipo. El parcial demoledor en los últimos cinco minutos antes del descanso fue de 2-20, con Ricky Rubio al comando. El catalán, MVP del dorado Mundial chino, tiene las llaves del equipo. Es quizá el jugador con más jerarquía en su plenitud. La guardia imperial (los Gasol, Llull, el Chacho, Claver...) rebasa ampliamente la treintena, pero, aunque debutara con 14 años en la élite, Ricky está en su madurez. Un mal año en Minnesota después de ayudar a reflotar a los Suns, finalista este año de la NBA, le hizo dudar de si acudir a Japón, pero lo decidió con todas las consecuencias. Ya en la preparación tuvo unos minutos mágicos en París. El partido se quebró a su mando (28-48 al descanso), con puntos y asistencias de etiqueta. Está con confianza en el tiro y para acabar cerca del aro. Ya tenía el libro del baloncesto en la cabeza, pero ha ido añadiendo registros. 20 puntos y nueve asistencias totalizó al final.

Pau Gasol y Rudy Fernández debutaron en sus quintos Juegos Olímpicos, algo histórico, igualando a Navarro. Scariolo dio minutos Willy, tercer cinco en la rotación, también con Marc en pista. Abrines, que en este nivel es un jugador con unas características especiales que no ha tenido antes Sergio Scariolo en la selección, y que da opciones distintas, también cogió confianza con varios triples. Primeros minutos para Garuba también en un torneo oficial, incluso para Xabi López-Arótegui, llegado pocas horas antes a Japón para relevar a Juancho.

Parecía todo hecho (42-66), pero Japón se metió en el duelo poco a poco. Esta vez no sirvió el tiempo muerto de Scariolo. Los animosos japoneses aprovecharon unos minutos más dispersos para dejar abierta una rendija para el último cuarto (56-69). Cada punto puede valer para un mejor cruce o, incluso, la clasificación porque se mira el average general en caso de igualdad a victorias con equipos de otro grupo. España nunca perdió una línea de concentración mínima. Tuvo alguna bola Japón para bajar de 10 puntos, pero la red que es un sistema defensivo consolidado, permitió vivir sin excesos pero sin sufrir.

La legendaria exhibición de Luka Doncic ante Argentina pone las orejas tiesas. Porque los sudamericanos quemarán seguramente su último cartucho este jueves ante España y saldrán con el orgullo herido. Y porque el mago esloveno espera el domingo. Uno de los dos, pasado el teórico trámite de Japón, hay que ganarlo.

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