Fútbol

Rodrigo Hernando, un entrenador malagueño atrapado en Irán

  • El técnico no puede salir del país tras ser despedido hace dos semanas por problemas burocráticos que no puede resolver y lamenta la falta de ayuda de la Embajada: "Me ayudan más los iraníes, que es gente gentil y servicial"

  • Irán en el Mundial

Rodrigo Hernando, en Irán.

Rodrigo Hernando, en Irán. / M. G.

Rodrigo Hernando (Burgos, 1982) lleva asentado en Málaga desde niño. Aquí estudió, se formó y empezó a dedicarse al fútbol en distintos equipos de la provincia hasta que estuvo cuatro temporadas (2009 a 2013) en la Academia del Málaga CF, en la primera época del jeque Al-Thani. A partir de ahí emprendió una carrera movida que le llevó por Emiratos Árabes, Mongolia y Portugal además de por varios equipos de Navarra y Logroño en Segunda B y Segunda RFEF. Este verano surgió la oportunidad de viajar a Irán y iniciar una aventura en el país persa, que cristalizó a principios de octubre. Fue en Masjed Soleyman, ubicada 800 kilómetros al sur de la capital, Teherán, cerca de la frontera con Irak. En un país inmerso en profundos cambios sociales y políticos importantes, el técnico malagueño vio cortada su experiencia el 21 de diciembre. Un cambio de propiedad en el club, que compite en la máxima división, y que los resultados no acompañaban propiciaron que el cuerpo técnico fuera relevado. En el momento de volver a España surge el problema. Rodrigo Hernando queda en una especie de limbo que le retiene en Irán durante las últimas semanas. Lamenta la falta de ayuda de la Embajada española en el país.

Desde Irán, Rodrigo Hernando relata a Málaga Hoy desde Teherán cómo es la situación. “Vengo el 20 de noviembre, porque hubo parón para el Mundial, ya llego con un visado de trabajo. En otros países tiene un proceso similar, puedes entrar porque vas a trabajar en una empresa. Hasta que ese visado es oficial y te ponen un sello suele tardar unas semanas. Nos destituyen y se paraliza el proceso, justo 30 días podemos estar, pero después entramos en situación de ilegalidad. Aquí suceden dos cosas, los principales problemas. Cada día que pasa de 30 días tengo que pagar una multa, que no acertaba a pagar porque no me reconocía el sistema y tenía que conseguir una extensión de visado. Solventar es extender mi visado de 10 días, Ahora estoy digamos legal pero después de pagar esa multa”, cuenta Rodrigo Hernando, que, como en las 12 pruebas de Astérix, va encontrando un nuevo problema: “Antes de abandonar el país tengo que abonar unos impuestos por haber trabajado en una empresa de aquí, pero nunca llegaron a darme un DNI de extranjero o un código para realizar gestiones que dan a los extranjeros cuando empiezas a trabajar de aquí, se paralizó con el despido. Tengo que pagar unos impuestos pero no puedo pagarlos porque no estoy reconocido en el sistema”.

“He intentado la ayuda de la Embajada pero se han quitado de enmedio, por decirlo suavemente”, lamenta el malagueño sobre su kafkiana situación: “Me encuentro en un limbo burocrático. Somos 40 personas españolas en el país, esperaba que al menos me guiaran. El 21 salimos del club, el 22 me puse en contacto, me dijeron un correo para que mandara la petición y me pidieron el teléfono. No contestaron. Tras Navidad lo intenté otra vez y lo mismo. Dejé la ciudad del equipo, vine a Teherán, todo para que me digan que es un proceso muy largo y que me lo tienen que solucionar aquí. No me parece serio tratar así a un ciudadano español en problemas”.

Rodrigo Hernando, con su cuerpo técnico. Rodrigo Hernando, con su cuerpo técnico.

Rodrigo Hernando, con su cuerpo técnico. / M. G.

Rodrigo Hernando llegó a comprar un billete después de pagar la multa, pero “en el aeropuerto el sistema no me deja salir del país porque no pagué mis impuestos. No puedo volar. Todo con cero ayuda de la Embajada española. Conociendo a traductores, en un país donde muy poca gente habla inglés. Estoy recibiendo la ayuda del club, que me cubre los gastos del hotel sin ser ya trabajador suyo. He podido tener mala suerte, pero me ayudan más los iraníes, que es gente muy gentil y servicial, que la Embajada”.

Como se vio en los últimos Mundiales, consiguiendo resultados de cierto nivel y compitiendo pese a no pasar de fase, en Irán el fútbol es un deporte gigante y lo ha podido experimentar el entrenador malagueño. “El nivel de la Liga es un nivel muy, muy alto. Es la cuarta mejor Liga de Asia por coeficiente, un país de fútbol, en cuanto viajas con el equipo te ven y te quieren hacer fotos, en los trámites que tengo que ir al pasaporte y aduana, en cuanto ven que soy entrenador de fútbol se hacen fotos contigo. El fútbol es el deporte en mayúsculas”, relata Rodrigo Hernando, que vio cortada de forma abrupta esta experiencia y ahora vive una pesadilla de la que espera salir: “Creo que ahora ya sé el proceso que tengo que seguir. Casi nadie habla inglés, dependes de traductores, pero parece que sabemos por dónde van los tiros”. Sin ayuda de la Embajada, el entrenador malagueño espera volver a casa en breve.

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