La Rosaleda se abona a los 21.000 espectadores

asistencias

Tiene 20.920 de media, 185 menos que al final del año pasado sin haber venido ningún grande

José L. Malo Málaga

08 de noviembre 2016 - 00:54

Hace unos años ya que los clubes decidieron vender su alma a las televisiones. Para los que no son Barcelona y Real Madrid, resulta el mayor ingreso anual posible en las arcas. El Málaga, como tantos otros, decidió subirse a ese barco conducido por la LFP. Ahora, además, navega en él a velocidad de crucero, puesto que las nuevas variables que inciden en el reparto le favorecen de manera clara. Una de las consecuencias de esa entrega a la patronal es que los estadios de fútbol se están vaciando. Partidos los lunes, partidos los viernes; a horas intempestivas por el supuesto reclamo en países al otro lado del mundo. Esta temporada, para más inri, toca llenar todas las butacas. El que no lo haga, de hecho, sufrirá sanciones. El conjunto blanquiazul, tras haberse disputado un tercio de los 19 partidos que habrá en Martiricos, va cumpliendo la expectativa con respecto a las cifras del año anterior.

Ahora mismo, la media de afluencia se sitúa en 20.920 espectadores. Según los datos aportados por la Liga de Fútbol Profesional a final de la pasada campaña, el dato en el coliseo blanquiazul ascendió a 21.105. Es decir, prácticamente se ha mantenido el número. La estadística, como siempre, tiene sus lecturas. Cabría tener especial atención a tres de ellas: la mitad de los seis encuentros que ha jugador por ahora el Málaga en casa lo ha hecho entre semana (en viernes contra el Osasuna y el Sporting, en martes frente al Eibar) y en horarios aún laborables. Igualmente, los clubes que han pasado por aquí hasta el momento no son muy mediáticos, más allá del Athletic, que además tiene un grupo fiel de seguidores en la Costa del Sol. Barcelona, Real Madrid y el derbi ante el Sevilla dejan siempre las entradas más pobladas.

El tercer asterisco, muy positivo, es volver a rebasar la cifa de los 20.000 visitantes en cada partido. Y es que desde mediados del anterior ejercicio la afluencia empezó a decaer de manera que sólo puntualmente se rebasó dicho guarismo -el club, incluso, se afanó en buscar diversas iniciativas para atraer a más gente-.

Por ahora, el partido que menos cemento ha tenido ha sido el del Athletic, que se disputó el pasado 2 de octubre, un domingo a las 18:30, hora perfecta para ver un partido de fútbol. 23.080 personas se dieron cita. El hecho de jugar en martes ante el Eibar hizo que el dato oficial de asistentes bajara hasta los 19.318. Podría pensarse que esta sería la cota más baja, si bien tuvo lugar hace poco, contra el Leganés, día en que se bajó el listón hasta los 18.991 espectadores. El partido tuvo lugar también el domingo por la tarde. Salvo una amenaza de lluvia, ningún otro elemento hacía la competencia al fútbol.

Otro punto de vista ratifica una tendencia del año pasado: van al estadio menos personas que abonados hay. A cifra de ayer, son 22.400 los socios con los que cuenta la entidad. Únicamente en el duelo ante los vascos fueron más personas que los socios; en los cinco restantes estuvieron por debajo -ante Osasuna, en la primera jornada, hubo 22.199 personas, prácticamente el mismo número de socios, porque además desde entonces hasta hoy han ido dándose de alta algún que otro abonado más-.

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