Salir del charco

Málaga y Vigo se parecen en sus intenciones de vivir mirando al mar, cualquier otra similitud es producto de la imaginación. Últimamente la Costa del Sol ha tomado un tono muy gallego. Lluvia, momentos de bruma tenebrosa, bofetadas de humedad. Málaga y Celta también unen lazos en el césped: quieren jugar bien, agradar y mirar hacia arriba, pero por ahora tienen que lidiar con el humo incómodo de los puestos de abajo. Eso sí, a los vigueses les duele la cabeza desde que no ganan desde la segunda jornada, los de Schuster simplemente parecen haber pisado un charco. Si ganan, si salen de él, se habrá quedado en sólo eso. Y el Celta vivirá a seis puntos de lejanía, dos por uno. Eso sí, cualquier otro escenario adelantaría Halloween unos días.

Schuster tiene entre sus manos un jardín que no necesita dar flores esta misma temporada. Es el elegido para modelar un Málaga de jóvenes ambiciosos que iluminen el mañana. No hay más exigencia que esquivar el descenso, con el que nadie cuenta en el club. Pero morar por la zona baja no es el mejor fertilizante para un grupo que sólo liberado de temores se quitará de encima los complejos. Queda mucho por delante, no hay motivos para la urgencia, aunque va tocando desperezarse tras una secuencia de un punto sobre nueve.

De dinámicas entiende muy bien el técnico alemán, que hoy pasará al ataque. El Hamdaoui y Santa Cruz, al fin, empezarán juntos. La esperanza de un Málaga más incisivo y alejado del inoperante en el Bernabéu los requiere arriba. Está por ver si Schuster devolverá a Darder al once para terminar de apostar por un fútbol de ataque o repetirá con Camacho y Tissone para hacer el contrapunto. Puede que el corte del rival, también ambicioso pese a lo que digan sus puntos, termine de convencerle hacia una apuesta más aristotélica. Puede incluso, si los miedos no fluyen, que salga una tarde redonda de fútbol por parte de ambos.

Por lo rutilante de la dupla ofensiva y la titularidad de Chen en La Rosaleda quede de lado la noticia del regreso a casa de Weligton. El brasileño, con sólo un pulmón, demostró en el Bernabéu que es más que necesario en este conjunto. Si el Madrid cayó más de diez veces en fuera de juego fue porque el mariscal tiró del libro de trucos que se sabe de memoria. Panamá se pintará la cara de blanquiazul para ver a su representante. También tendrá que madrugar, allí serán las 9 de la mañana. La pasión puede más que Morfeo.

Entre el recuerdo de una gran segunda parte para ganar por erosión al Almería y unos primeros 45 minutos frente a Osasuna desastrosos se escriben los precedentes en casa. Depende de cómo se combinen las distintas caras saldrá un resultado u otro. Lo único claro para el encuentro es que el terreno de juego no estará en buenas condiciones.