El Centro de Deportes El Palo empieza a jugarse su ser o no ser en Segunda División B. La derrota en Villanueva de la Serena, donde llegó a ponerse cómodamente 0-2, ha hecho daño. Ha hecho daño porque el conjunto de Rafa Muñoz necesitaba los puntos y zona roja acecha. Comparte puesto de promoción. No ayuda a elevar el optimismo que el Cádiz sea el rival de esta tarde (18:00). El Palo, no obstante, se encomienda a su estadio y su gente para combatir la crisis y al líder. Todo puede ocurrir en San Ignacio.

Todo puede ocurrir en San Ignacio, aunque son demasiadas jornadas las que el feudo paleño no asiste a una victoria de su equipo. A mediados de febrero tuvo lugar el último triunfo del cuadro de Rafa Muñoz. Entonces el Almería B claudicó (2-1) en casa. Casi dos meses sin echarse a la boca (exceptuando la gran victoria en el campo de la Balona) son demasiados cuando se quiere amarrar la salvación. Muchas permanencias, conviene recordarlo, también se forjan con gestas. El Cádiz obliga a una de ellas.

El Palo ha trabajado durante toda la semana para lograr que San Ignacio presente el ambiente de gala. Claro que, aprovechando el interés que suele suscitar el conjunto amarillo, el partido ha sido declarado día del club. Cinco euros pagan los abonados, 12 y 15 pagan los no abonados hoy en las taquillas. El esfuerzo, en cualquier caso, vale la pena.

No podrá contar para el encuentro, como viene siendo habitual, con varios jugadores importantes el técnico Rafa Muñoz. Marín, Manolo Gaspar, Antonio Muñoz e Iván Márquez, este último sancionado, se perderán el choque contra el equipo cadista. Eso sí, Apoño y Juanillo estarán de vuelta para organizar el ataque paleño. Los hermanos Galdeano son un motivo para confiar.

El Cádiz, por su parte, llega a Málaga con los deberes hechos. Tras un inicio titubeante de temporada, no hay quien le tosa en la categoría. Ha ganado 11 de los últimos 13 partidos, siendo el equipo más goleador del campeonato (57) a la vez que el menos goleado (17). Con 65 puntos, el Cádiz lidera el campeonato con puño de hierro y ocho puntos de ventaja sobre el UCAM Murcia.

Será un partido de reencuenros. Jona Mejía, el pichichi del Grupo IV de Segunda B con 17 goles, uno de los mejores futbolistas de Segunda la pasada temporada, vuelve a El Palo, el barrio donde se crió pero nunca jugó como profesional. "Será un partido bonito. Nunca he jugado allí, en el campo donde crecí. Pienso en sumar los puntos a pesar de la situación delicada en la que está El Palo, voy con muchas ganas porque nosotros tampoco podemos fallar", dice. Se da la circunstancia de que en el equipo malagueño juega su hermano, Antonio Moreno, que también vistió la camiseta amarilla. Se verán las caras en San Ignacio.