El Sevilla dio un paso de gigante en sus aspiraciones de asegurar una plaza en la Liga de Campeones al derrotar por 1-3 al hasta ayer su máximo rival en ese empeño, el Mallorca, y de paso acabó con la condición de invicto del recinto de juego insular, que duró diez jornadas.

El equipo de Manolo Jiménez ha sido el primero en ganar en Palma esta temporada. Y lo hizo en un partido intenso, con tres expulsados, dos en las filas del Sevilla -Álvaro Negredo (24') y el marfileño Didier Zokora (89')-, y uno en el Mallorca, -Iván Ramis (46')-. El Sevilla conquistó en el Ono Estadi su decimotercera victoria de la temporada y ha roto con una racha de tres derrotas seguidas en los últimos desplazamientos.

El partido comenzó muy bien para el Mallorca. El equipo balear no varió su guión, pese a la visita del primer grande, y ya desde los primeros minutos jugó con decisión y valentía. En el trato al balón y en el criterio para buscar la jugada exacta en el momento preciso fueron superiores los sevillanos, pero se toparon con un adversario muy seguro.

El Mallorca marcó pronto por medio de Mario Suárez y se hizo con el control del encuentro, oponiendo a la técnica y a la pulcritud visitante garra y derroche físico. Fue la única manera de llevar peligro a la meta de Palop y de avisar de que el partido no sería un paseo para los hombres de Manolo Jiménez.

Pero la alegría no duró demasiado. Navas aprovechó un grueso error compartido entre Dudú Aouate y Ayoze Díaz para empatar el partido en el 22. A partir del 1-1, el Sevilla aguantó el chaparrón en los minutos en los que estuvo en inferioridad numérica y en la reanudación, diez contra diez sobre el césped, fue un huracán en ataque y sentenció el partido con dos goles en seis minutos.

El Mallorca, que ni en sueños podía haber imaginado que a estas alturas de la temporada le iba a estar discutiendo una plaza en la Liga de Campeones al Sevilla, luchó hasta el final. Webó tuvo varias ocasiones para acortar distancias pero no estuvo acertado.