Fútbol l Copa del Rey

Tablas en el Pizjuán y decisión en el Camp Nou

Un deslucido Barcelona arrancó un valioso empate a uno en el campo del Sevilla, que le pone en ventaja por el valor doble de los goles en terreno ajeno y que le permitirá encarar la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey con cierta tranquilidad en el Camp Nou el próximo martes, ante un conjunto sevillista que mereció un mejor resultado. Pese a la marcha a la Copa de África de Keita, Koné y Kanouté, el Sevilla puso en liza un once prácticamente de gala. Enfrente, los culés confiaban el gol a Henry y a un Eto'o a quien Camerún había permitido retrasar su incorporación a la propia Copa de África. Y el partido comenzó con los locales mandando en la posesión y tapando bien huecos atrás. Sin embargo, al Barcelona no le hizo falta mucho para ponerse por delante, porque en el minuto 23 una pérdida de balón de Crespo en ataque propició un pase medido de Márquez y Henry, con los centrales hispalenses fuera de lugar, puso a placer el 0-1 en el luminoso. El Sevilla no se descompuso y, a renglón seguido, Luis Fabiano pidió penalti tras caer en el área visitante.

La apuesta del técnico sevillista, Manolo Jiménez, con un Chevantón incapaz de ayudar en el ataque a Luis Fabiano, y un centro del campo reforzado por el inoperante Maresca, no estaba dando resultado alguno. Únicamente el joven Capel inquietaba a los de Rijkaard y de sus botas salió un pase en el minuto 40, que Chevantón no acertó a clavar en la red cuando lo tenía todo a favor. Pero un córner botado por el uruguayo sirvió para que Capel, con un zurdazo, tuviera premio a sus esfuerzos y lograra el 1-1, al filo del descanso.

La segunda parte arrancó mejor, con un centro de Alves que Chevantón envió en esta ocasión al larguero de Valdés, en una acción premonitoria del dominio que iba a mostrar desde entonces el Sevilla. Jiménez movió banquillo: retiró a Maresca y al desganado Adriano, en favor de Renato y, sobre todo, de Navas, en busca de la necesaria verticalidad en el juego.

El Barcelona se dedicaba a sestear mientras alguno de sus jugadores, y sobre todo Eto'o, simplemente no estaban desde el pitido inicial. Con el paso de los minutos empezaba a olerse el 2-1 aunque, sorprendentemente, un misil de Edmilson se estrelló en el poste en el minuto 69. Kerzhakov estuvo a punto de inclinar la balanza, pero las tablas campearon en el Pizjuán. Decidirá el Camp Nou.

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