Terapia incierta en Vilnius

El Unicaja cura sus heridas coperas en Lituania, donde se juega ser segundo y allanar su camino para el ‘Top 16’. Berni se queda en Málaga y Aíto recurre a Miki Servera

Nacho Rodrigo / Málaga

13 de enero 2010 - 07:15

Diez grados bajo cero y un metro de nieve en las aceras reciben al Unicaja en Vilnius, capital de Lituania. El panorama, gélido y desagradable, no ayuda a activar las constantes vitales de un equipo tocado que aterrizó en tierras bálticas tambaleándose tras el golpe, duro y directo al orgullo, que ha supuesto quedar fuera de la Copa del Rey. Se intenta levantar la cabeza, poner buena cara al desastre, pero la procesión va por dentro y jugadores y técnicos no esconden la decepción y la preocupación en la que andan inmersos cuando se les cuestiona sobre su estado de ánimo.

Desde luego no es el mejor momento para afrontar lo que esta noche aguarda en el majestuoso Siemens Arena de Vilnius, pero el calendario no da respiros. Espera un Lietuvos Rytas que se juega la vida, su futuro en la máxima competición europea. Los de Rimas Kurtinaitis tuvieron un inicio espléndido pero han encadenado una racha de malos resultados y llegan a la última cita de la primera fase con todo por decidir. Necesitan ganar hoy o, en su defecto, esperar que el Orleans les eche una mano y derrote en casa al Efes Pilsen. No hay, por tanto, dudas sobre la actitud y el espíritu que los lituanos mostrarán desde el instante que se eche el balón al aire.

Un partido incierto, que algún miembro del cuerpo técnico calificaba durante el viaje como un choque “entre dos aguas”. Y es que la certeza de que el Lietuvos pondrá los cinco sentidos en ganar hoy choca con la incertidumbre en torno al rendimiento que pueda tener el Unicaja. Preocupa, y mucho, la cara que hoy muestren los de Aíto, ya que, a la constante irregularidad trazada desde que dio comienzo la temporada, se une el complicado estado moral y físico que atraviesa el equipo. Tras el varapalo de la Copa llega un encuentro importante, aunque no trascendente. Y eso puede desnivelar la balanza ante un Lietuvos que entiende el choque como vital.

Pero no conviene tomarse a la ligera la última cita de la primera fase. En juego está la segunda plaza y lograrlo puede allanar bastante el camino en el Top 16. De hecho puede que el equipo malagueño se juegue hoy en Vilnius gran parte de su futuro en la Euroliga. Si queda segundo evitaría en la siguiente fase a Montepaschi, Caja Laboral o CSKA de Moscú, y Real Madrid o Panathinaikos. Si finaliza tercero evitaría a Khimki y Maccabi como rivales más fuertes. En principio, y siempre a expensas de los caprichos del sorteo, una gran diferencia. Para amarrar esa segunda posición el Unicaja necesita ganar en el complicado Siemens Arena (allí sólo ha vencido el Olympiacos, 83-89) o, en caso de derrota, esperar que el Olympiacos no dé opción a la sorpresa y se imponga en el Pireo al Partizan.

En Vilnius está el billete para continuar el viaje por Europa en clase prefrente o en clase turista. Y para lograr lo primero, Aíto vuelve a contar con demasiados problemas. Y es que las lesiones siguen avalando el discurso victimista del entrenador. Estaba previsto que ni Shammond Williams, cortado, ni Saúl Blanco, lesionado, se desplazaran a Lituania pero el técnico se encontró con otra desagradable sorpresa. Berni Rodríguez forzó algo la situación para ayudar al equipo el pasado domingo en Vitoria y su hombro izquierdo se ha resentido. El malagueño se ha quedado en la Costa del Sol y su fecha de regreso dependerá ahora de la evolución en su recuperación.

Más malas noticias para una posición de escolta que está dando demasiados quebraderos de cabeza. La situación esta noche será paradójica y es que el único dos de la primera plantilla disponible para Aíto será Taquan Dean. Mientras Juan Dixon está ya en Málaga, Dean deberá multiplicarse en el que puede ser su último partido con la camiseta cajista. Para paliar las ausencias, el técnico madrileño vuelve a recurrir al filial. Viajaron Rafa Freire y Augusto Lima, la chispa de este equipo, y también Miki Servera, que en caso de jugar se convertirá en el jugador más joven en debutar en Europa con el Unicaja. Muchos inconvenientes en una situación ya de por sí extremadamente complicada. Motivos suficientes para convertir el partido de hoy en una terapia de resultado impredecible.

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