Se escriben los últimos episodios del último culebrón invernal blanquiazul. Si todo transcurre tal y como esperan los representantes de Thievy Bifouma, hoy podría ser el día en que el delantero quedara definitivamente desvinculado del Espanyol. Acto seguido tendría vía libre para cerrar su futuro contrato con el Málaga, si es que no se entromete ningún equipo a última hora, algo que de todos modos resultaría sorprendente.

Después del parón en las negociaciones entre Doyen Group y los dirigentes del Espanyol por mor del encuentro de Copa del Rey contra el Real Madrid, ayer se retomaron de manera más intensa. Los catalanes continúan en sus trece de que no saldrá por menos de dos millones de euros y no quieren saber nada de una compra parcial de los derechos federativos del futbolista, por lo que la fórmula, salvo giro de última hora, consistirá en la compra plena de la libertad del jugador a cargo del fondo de inversión, quien a su vez luego negociaría una forma de financiación mucho más asumible para el Málaga, que conseguiría su objetivo de verse reforzado con Thievy a coste cero (únicamente con el de su ficha) y cerraría una operación redonda para sus intereses.

A la espera de que se haga oficial su desvinculación del conjunto barcelonés, los dirigentes blanquiazules confían en una rápida negociación con sus agentes para poder anunciar su incorporación al Málaga antes de que acabe la presente semana, presumiblemente para lo que queda de temporada y tres años más.

Thievy, que estaba ya cansado de entrenarse apartado ejercitándose en solitario y ver que pasaban los días sin fumata blanca, vería así satisfecho sus deseos y los de su pareja, natural de la Costa del Sol y que se quiere afincar aquí, más aún porque en unos meses está previsto que dé a luz.

Aunque el director deportivo, Mario Husillos, continúa con varios frentes abiertos en el mercado, fuentes del club consultadas por este periódico aseguraban que sería la última incorporación (tras las de Casado y Pablo Pérez) salvo que se diera el complicado caso de que se pusiera a tiro un mirlo blanco.