Triplete de Trentin
ciclismo vuelta a españa
El italiano, sin rival al sprint, se corona en Tomares y da al Quick-Step su quinta victoria
Froome salva el día como líder a la espera de la montaña
El sprint en la Vuelta a España 2017 se llama Matteo Trentin (Quick-Step). El italiano levantó los brazos por tercera vez como ganador, en esta ocasión en la decimotercera etapa, disputada entre Coín y Tomares, de 195,1 kilómetros de recorrido y tras la cual Chris Froome (Sky) retuvo el jersey rojo de líder.
Trentin se muestra intratable en las llegadas por velocidad. Aprovechó otra ocasión para firmar el triplete, además del quinto triunfo de su equipo en la Vuelta, por lo que iguala las que consiguió la formación belga en los pasados Giro de Italia y Tour de Francia. En la meta de Tomares fue un cohete, haciendo inútil los esfuerzos de Gianni Moscon (Sky) y Soren Kragh Andersen (Sunweb).
Una etapa de transición de las de verdad, si bien la calima pasó factura al pelotón, que tuvo que soportar temperaturas de 37 grados hasta la localidad del aljarafe sevillano. Los favoritos entraron delante, atentos a los cortes, con el mismo tiempo de Trentin, a excepción de David de la Cruz (Quick-Step), cuyo despiste le costó siete segundos que lo relegaron del cuarto al quinto puesto de la general, a 2.23 de Froome.
El británico, dolorido por las caídas de la víspera pero sin dar pistas al respecto, salvó el día como quería, sin contratiempos, y ya está "listo y motivado", según aseguró tras cruzar la línea de meta, para afrontar las etapas de montaña de La Pandera y Sierra Nevada, sin duda claves para la general. El líder del Sky mantuvo a Vincenzo Nibali (Bahrain) a 59 segundos, y a Esteban Chaves (Orica) a 2.13 minutos.
Alberto Contador (Trek), cerca de la cabeza de carrera en el sprint porque sabía que el final "era peligroso", anuncia un fin de semana "completito", con la munición lista para preparar una de las suyas. De puntillas, el madrileño aguarda el asalto al podio. Todavía es noveno a 3.13 del líder y a un minuto del tercer escalón de honor.
Mordía el sol en Coín, punto de partida de una etapa larga, de casi 200 kilómetros, propicia para el sprint y con la única dificultad del Alto de Ardales, un tercera que pasaron en cabeza los cinco corredores que saltaron de inicio: De Marchi (BMC), Gougeard (Ag2r), Villella (Cannondale), De Gendt (Lotto-Soudal) y Courteille (Francaise).
Viaje a ninguna parte. Los equipos de los velocistas, sobre todo el Quick-Step, sabían que estas oportunidades para el lucimiento de sus guepardos se van a acabar muy pronto, pues llega la montaña y la crono. Por eso el equipo belga marcó el ritmo de caza, a veces con la ayuda del Lotto Jumbo de Juanjo Lobato. Pero el gaditano no apareció a la hora de discutir la victoria en la recta de meta.
Se redujo la fuga a dos a 22 kilómetros del final, con De Marchi y De Gendt. Pero el belga dejó de colaborar afectado por los calambres. Y el italiano dejó de soñar a siete de meta, momento en que fue devorado por el pelotón.
Empezó entonces la estrategia del Quick-Step, probablemente el mejor equipo del mundo en materia de preparar una llegada masiva. Trentin no iba solo, llevaba dos asistentes de lujo: Bob Jungels y el francés Julian Alaphilippe. Casi nada.
Jungels reventó a dos de meta, y el francés lo llevó hasta la pista de despegue de Tomares, ciudad a la que el Guadalquivir la separa de la capital hispalense.
Atacó Sorensen de lejos por si sorprendía a Trentin, pero el corredor de Trento no admite bromas ataviado con su maillot verde. Cuando puso la directa se acabó el debate. Triunfo claro. Se veía venir desde lejos, pues su superioridad es manifiesta.
Otro botín para el corredor que formará parte del equipo Orica a partir de enero de 2018, ganador de tres etapas de la Vuelta, dos del Tour y una del Giro. Ya puede presumir de haber igualado las cinco de la formación en las dos grandes del año disputadas hasta el momento.
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