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Con Unai, mejor no apostar al uno

  • El Valencia, tras nueve partidos de visitante y ocho de local, ha sumado 13 puntos en Mestalla y 22 en sus viajes · Con los levantinos, sólo en cuatro de las 17 jornadas se dio el signo más habitual en las quinielas

Los quinielistas ya lo saben: usar un triple en los partidos del Valencia de Unai Emery es casi malgastarlo, ya que es muy difícil que se dé el uno. Después de las 17 jornadas de Primera que se llevan consumidas, sólo en cuatro ocasiones se dio el signo que refleja el triunfo local si los valencianistas figuraban en ese casillero. Salió el signo más habitual de estas apuestas en los partidos que los valencianistas jugaron en Mestalla ante el Sevilla, el Zaragoza y el último ante el Espanyol porque emergió la cabeza de Zigic en el alargue, que si no... Por contra, sólo en Getafe salió el uno en los desplazamientos de los levantinos, allá por septiembre.

El resultado de este contraste sonríe a Emery porque sus números como visitante son sobresalientes: 7 victorias, un empate y la referida derrota en el Coliseum Alfonso Pérez. Ni el mismísimo Barcelona, que luce ocho puntos más que el Valencia, goza de esa cosecha en sus viajes.

La diferencia de rendimiento en casa y fuera se explica por el dibujo de Emery, que se adapta a las virtudes del equipo. El Valencia no cuenta con un centro del campo que agarre la pelota y empiece a tejer con paciencia, que madure los partidos desde la iniciativa. Tampoco dispone de una defensa rápida que pueda tirar la línea lejos de su portero. En cambio, el equipo goza de jugadorazos para hacer daño entre líneas: Silva el primero, Mata, Pablo Hernández y hasta Joaquín, quien desde la derecha se mete hacia zonas interiores con sus envenenadas diagonales. Y por supuesto Villa, uno de los mejores del mundo resolviendo en el área, pero también cayendo a recibir la pelota más atrás intercambiando su posición con Mata o Silva.

Unai Emery lo ha visto claro y no tiene recato alguno en dejarse querer para dar el zarpazo con espacios, cuando la zaga rival se destape. Le salió de perlas en Almería (0-3), Bilbao (1-2), Málaga (0-1), Osasuna (1-3), Santander (0-1), Valladolid (2-4) y Xerez (1-3), y al margen de la derrota en Getafe, sólo se quedó a medias en la salida más exigente que ha acometido hasta ahora, La Coruña (0-0).

El tercero de la Liga no ha rendido visita a Barcelona, Real Madrid, Sevilla, Atlético o Villarreal, pero de momento se ha mostrado casi infalible en esos campos donde se logran o se esfuman los grandes objetivos, léase el título de Liga o la clasificación para la Champions.

Si el Valencia no baja mucho su nivel de competitividad en visitas más exigentes y además se hace más fuerte en Mestalla, al presidente de la entidad, Manuel Lorente, le va a resultar ese órdago que lanzó el pasado verano, cuando decidió mantener a sus estrellas a regañadientes y a pesar de la enorme deuda económica. Sólo el maná de la Champions haría sostenible la situación, y si el equipo no afloja, parece muy difícil que baje de la cuarta plaza de la clasificación.

Acaso el rival más cualificado para discutirle la preciada tercera plaza, el Sevilla de Jiménez, presenta una tendencia similar: juega mejor como visitante que como local. Pero a diferencia del Valencia, que sólo ha perdido dos partidos, los sevillistas son más irregulares, cayeron ya cinco veces y fuera de casa, siendo resolutivos, no son tan temibles como el bloque de Emery.

En los últimos 10 años, lo normal es que un equipo sume, más o menos, el 60% de los puntos en casa y el 40% fuera. El Valencia le da la vuelta a la tortilla: 13 puntos en Mestalla (37%) y 22 en los viajes (63%).

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