El Unicaja se pone en órbita
Fiesta El equipo redondea una tarde de jolgorio en el nuevo Carpena superando al vigente campeón Escollo San Emeterio (30 puntos) impidió un triunfo más cómodo
Octubre no es un mes de partidos grandes, pero en el Carpena existía ayer ese perfume. El encuentro, en términos resultadistas, no era trascendente. Pero palabras abstractas como ilusión o credibilidad flotaban en la atmósfera del espectacular nuevo Carpena. Es básico enganchar a la afición porque hay más azul y gris que llenar esta temporada y el Palacio puede sonar a hueco.
No sucedió ayer. El público abarrotó la grada y el Unicaja le complació con una victoria de prestigio ante el vigente campeón (76-69). Más crédito, más motivos para creer. Aunque se pone en órbita, tampoco hay que tirar las campanas al vuelo. Aíto está construyendo un equipo que aún tiene deficiencias. Algunas son subsanables, otras tienen complicada solución. El paso de los partidos dirá.
Hincó la rodilla el Caja Laboral, con una rotación productiva redudida, nada nuevo con Ivanovic, y un San Emeterio sobrenatural (30 puntos) que impidió que el Unicaja celebrara la victoria antes. Dominó el equipo malagueño durante el grueso del partido salvo un bache en el segundo cuarto. Se repuso, combatió, bajó al fango. Sin un jugador sobresaliente, pero sí con varios notables. Vio cómo el Caja Laboral le empató tras dominar por 12 en el tercer cuarto. Dudó, pero no desfalleció. Una grata noticia.
La aportación coral debe ser la base sobre la que crezca este equipo. McIntyre se dedicó a dirigir en vez de resolver en primera personas. Por momentos, delicioso (ocho asistencias). Aún le falta adquirir mecanismos con los pivots, pero Archibald y Freeland se frotan las manos. Su interpretación del 2x2 puede hacer estragos, tanto como sufrir en defensa. Pero la manta no puede tapar todo el cuerpo en este caso. Berni capitaneó el ataque en muchos momentos, Jiménez continuó en la línea solvente de toda su vida. Panchi Barrera deberá superar los murmullos del Carpena. Hubo alguno después de que Logan le robara una bola en media pista. Respondió con personalidad, entrada con la izquierda y un par de asistencias. Debe ser duro mentalmente.
Bien, muy bien por momentos Rubio, en lo que se le pide. Fajarse, no complicarse y producir cuando lo toca. Y disperso Printezis, del que no se sabe si sube o baja la escalera. Detalles sin continuidad. Sólido Archibald y entre el bien y el notable Freeland. De momento, Freire no entra en la rotación.
Jiménez le ganó a Barac, 12 centímetros más, el salto inicial. Premonitorio de lo que acabaría sucediendo. El Unicaja, quizá con carga eléctrica extra tras la presentación y la reinauguración del Palacio, emanaba actividad al principio (9-2 tras triple de McIntyre), con buenas circulaciones y carreras para tener canastas fáciles, pero el Caja Laboral siempre tiene un tobillo que morder. La rápida respuesta de San Emeterio, martillo pilón en los 33 minutos que estuvo en pista, equilibró un partido de tronío, entre dos de los, probablemente, diez mejores equipos del continente.
Era un partido de nivel. No dejar de ser un clásico, va camino de 100 las veces que ambos equipos se han medido en encuentro oficial. Se ha reconstruido el Caja Laboral y aún chirría alguna pieza. Está de parche el entrañable Flo Pietrus, quizá se convierta en duradero. Sigue con todas sus virtudes y todos sus defectos. San Emeterio ha cogido la bandera, Teletovic estuvo horrendo en el tiro (2/13) y Barac tendrá protagonismo pero le falta un hervor de continuidad. Huertas y Logan siguieron a San Emeterio, pero se echó en falta más ayuda. El Unicaja superó por cantidad. Apetecía ver a Bjelica, planta brutal de jugador, pero pasó como un fantasma. Musli, objeto de deseo cajista, no jugó.
Una vez metidos en equilibrio, el Caja Laboral dio un tirón el el segundo cuarto (21-27) con Logan hurgando en los problemas defensivos. Reaccionó el Unicaja, que dominaba al descanso (34-30) y pegó un tirón el tercero (47-35) con Berni estelar. Punto a punto, redujo el Caja Labora y a falta de cinco minutos había partido nuevo (62-62) tras sideral triple de Teletovic. El Unicaja volvió a complicarse cuando dominaba con placidez (73-65) con dos pérdidas infantiles. Freeland rebañó balones y sumó seis puntos en los dos minutos finales. El Unicaja está en órbita y se acuesta con un liderato transitorio pero ilusionante. Ladrillo a ladrillo.
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