Valdo: "Una espina no, tengo un cuchillo clavado"
málaga c. f.
El flamante fichaje blanquiazul quiere olvidar el último año en el Espanyol, en el que se sintió maltratado, y llega a Málaga con "aires de reivindicación" . "Estoy ilusionado y con ganas de empezar de nuevo", alega



Dos años en el Espanyol, el cielo y el infierno. 31 partidos el primer año y 11 el segundo, con un final de traca: quedar apartado del primer equipo y sin dorsal. Valdo ha vivido las dos caras del fútbol en Montjuïc, pero, obviamente, le pesa más la humillación experimentada a las órdenes de Mauricio Pochettino y Daniel Sánchez Llibre, entrenador y presidente. Por eso, su deseo de reivindicación y liberación guiará sus pasos esta temporada. "No tengo una espina clavada, sino un cuchillo clavado que quiero quitarme. Tuve que soportar muchas cosas en el Espanyol, pero toca olvidar", explicó ayer por la tarde durante su presentación, poco antes de volver a sentirse futbolista sobre el césped del anexo.
Pero el extremo leonés no tiene ganas de malas palabras ni de dardos envenenados contra nadie. Sus primeras palabras en blanquiazul sólo querían hablar en futuro, en un futuro ambicioso, además: "Estoy muy ilusionado y con ganas de empezar de nuevo. Creo que mi mejor versión está por verse. Creo que puedo hacer una buena temporada y aportar muchas cosas".
En sus ojos se vislumbraba la esperanza de poder hacer carrera en Málaga, aunque respondió con inteligencia acerca de lo que cree que pasará cuando acabe su cesión. "Ahora mismo no me centro en eso, pero si el Málaga ejecuta la opción de compra será que lo he hecho bien en lo personal y que habrá sido también un buen año para el Málaga", esquivó.
El domingo por la noche Sandro, adjunto a la dirección deportiva, lo recogió en el aeropuerto junto a su agente, Pedro Bravo. Ha hablado mucho con el canario últimamente y, a tenor de la sonrisa que lucía ayer, se ve que le ha sabido transmitir esos mismos parabienes que él encontró en Martiricos. "El Málaga fue el primero que mostró interés en mí, hizo un esfuerzo por que viniera aquí y lo valoro mucho. Quiero devolverle ese esfuerzo y confianza", explicó el jugador cedido, que por la tarde se entrenó con normalidad junto a sus compañeros porque en verano ha seguido a rajatabla el plan de trabajo veraniego que le dejó el Espanyol en mayo.
El presidente, Fernando Sanz, le ha dado un mensaje cauteloso: "Lo primero es la permanencia y, cuando se consiga, hacer metas más importantes". Por su parte, en su primer charla, el entrenador, Juan Ramón Muñiz, le ha dicho lo mismo que a sus compañeros: "Que trabaje y que parto de cero, como todos".
Seguramente sea prematuro verle en acción contra el Aston Villa el próximo sábado, durante el estreno en la Copa de la Paz, aunque, si de él dependiera, ya jugaría sus primeros minutos con la nueva elástica albiceleste: "Me ilusionaría jugarla. Me ayudaría a acoplarme al equipo y a los compañeros. Cuanto antes pueda jugar, mejor. Llevaré apenas unos entrenamientos cuando empiece, así que será el entrenador quien tenga que decidir".
Por ahora, su mejor cicerone es Fernando, con el que coincidió en las categorías inferiores del Real Madrid, pero se está mostrando afable con todos.
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