Antunes. Jugador del Málaga CF

"Veía vídeos de Roberto Carlos para imitarle, pero sólo hay uno"

  • El lateral acepta su rol secundario tras el regreso de Eliseu, pero se siente a gusto en La Rosaleda. "Mi voluntad es quedarme pero hasta ahora nadie ha hablado conmigo", afirma.

Es de los que menos habla en el vestuario, pero no se esconde ante un micrófono. Antunes (Freamunde, 1987) llegó para estar en segunda fila, si bien el peso del listón de Monreal no se le cayó encima. Al contrario, cree que si se queda, lo mejor está por verse.

-De titular en todo a menos usado. ¿En qué momento de la noria se halla usted?

-Me siento bien a pesar de que ahora no juego siempre. Es normal que el míster cambie un poco con Eliseu porque él también trabaja mucho durante la semana y lo hace muy bien. Por eso no tengo nada de qué quejarme. Aquí estoy bien y las decisiones del entrenador hay que aceptarlas.

-Si le dicen que su temporada iba a ser así, ¿se lo cree?

-Es verdad, no me lo habría imaginado. Pero cuando llegué aquí se me recibió muy bien. La afición, los trabajadores. Por eso aquí me siento muy bien. El tiempo es fantástico. Estoy como en mi casa de Portugal. Espero quedarme en Málaga, así que a ver qué decide la dirección y veremos.

-Más allá de lo bueno que ha vivido en lo deportivo, ¿es el tipo de club que necesitaba?

-Deportivamente las cosas han ido muy bien. En Champions, por un poco de mala suerte salimos contra el Borussia. Ahora la Europa League es nuestro objetivo. Después, como tú dices, todo lo que está en torno al club es espectacular. Por eso me quiero quedar aquí.

-A la gente le sorprendió cómo suplió a Monreal. ¿Está usted contento con su rendimiento?

-Estoy muy orgulloso, sí, pero no me ha sorprendido nada. Sabía de mis cualidades. Sabía que mi experiencia en Italia no había sido buena porque había jugado poco. El fútbol es así, si encuentras un entrenador al que le gustas, juegas; si no, no juegas. Volví a Portugal para conseguir de nuevo mostrarme al mundo futbolístico. Y vine aquí para jugar Champions y mostrarme al mundo más. Venía a demostrar que no era un jugador para jugar en Portugal, sino para estar en otro equipo, en otro campeonato. Sé que puedo hacerlo mucho mejor el próximo año, porque en seis meses es muy difícil mostrar todo lo que sabes.

-¿Qué no se ha visto de usted?

-Mi remate y mis centros, porque necesitas un poco de confianza en ti mismo. Necesitas que te den la confianza justa. Por eso, el próximo año, con todo el trabajo aquí, las cosas pueden ser diferentes para mejor.

-¿Cree que el club ejercerá la opción de compra por usted?

-No lo sé, hasta ahora nadie ha hablado conmigo. Pero mi voluntad es quedarme. A ver qué hacen los dirigentes...

-¿Vio que salía su tren cuando se lesionó Eliseu ante el Zaragoza?

-Aquel partido no estaba en Málaga, estaba en Portugal recogiendo mis cosas. El día que firmé no me traje nada. No vi que Eliseu se había lesionado. Me lo dijeron y mira. Cuando vine aquí, lo hacía para jugar. Con Eliseu o sin Eliseu. Si no, me quedaba en Paços de Ferreira. Porque allí jugaba siempre y lo estaba haciendo bien. No me ha preocupado la lesión de Eliseu por jugar, sino porque es mi amigo.

-No se ha visto mucho, pero parece que la dupla que hace con Eliseu tiene buena pinta.

-Sí. Nos encontramos muy bien. Si yo subo por la banda, él sabe que me tiene que dar cobertura y viceversa. Nos ayudamos el uno al otro, nos cubrimos, hablamos la misma lengua.

-Él dice que cuando lo conoció le recordaba a Roberto Carlos.

-Eliseu también le pega muy bien. Es verdad, en Portugal me comparaban con Roberto Carlos porque hacía muchos goles así. Este año hice tres en el Paços de Ferreira, todos de remate fuerte, de ahí la comparación. Pero no tiene nada que ver, Roberto Carlos es un grande, un ídolo.

-¿Se fijaba en él?

-Sí. Ha sido algo que he ido mejorando con el tiempo. Ha sido porque me gustaba mucho Roberto Carlos. Todos los días entrenaba el golpeo en mi equipo de cuando era más pequeño, el Freamunde, o también en mi casa, con mi padre, que me entrenaba todos los días. Jugábamos al fútbol casi todo el día. Y me quedaba a ver los vídeos de Roberto Carlos y a entrenarme solo o con mi padre. Veía los vídeos e intentaba imitarlo. Mi padre había jugado en el Freamunde también, por eso me dedicaba su tiempo libre a mí. Llegaba a casa del trabajo, no descansaba y venía a jugar conmigo todo el tiempo.

-¿Y llegó a encontrar el truco?

-A mí también me gusta pegarle con tres dedos, pero Roberto Carlos sólo hay uno. Es imposible pegarle igual que él. ¿Te acuerdas del gol ante Francia? Yo hice uno parecido en Portugal, pero él es único. Mi gol cambió la dirección un poco y el portero no pudo hacer nada. En Portugal le pegaba siempre desde donde podía, desde 40 metros. Aquí es otra cosa, jugamos más hacia el área, el balón al pie. Es diferente. Por eso digo que con un poco más de confianza le puedo pegar al balón desde 40 metros. Necesito un poco más de tiempo.

-¿El de Cristiano tampoco?

-No sé cuál es el secreto de Cristiano, supongo que muchas horas de entrenamiento. Es un profesional a todos los niveles. Se quedaba después de los entrenamientos dos horas, por eso es el mejor jugador del mundo para mí.

-¿Qué le pasó en Italia?

-No sé, el primer año me fue bien con Spalleti. El segundo año, con 19 años, fui cedido al Lecce. Alí lo hice bien en mis dos primeros partidos, pero después de ellos el entrenador decidió que era el momento de sacarme. Luego me lesioné en el hombro, fui operado y estuve cinco meses parado. Luego en la Roma estaba tapado por John Arne Riise. Los entrenadores que hubo, como Ranieri o Luis Enrique, no me dieron una oportunidad, por eso no pude hacer nada allí. El entrenador es el principio de todo. Si te da la oportunidad de mostrar tu valor, bien, si no, no puedes hacer nada. Por eso, puedes entrenarte muy bien, pero si él decide que no mereces una oportunidad, no puedes a nadie.

-¿Qué herencia le dejará Pellegrini?

-Con él todos los días se aprende algo diferente. Tiene mucha experiencia y te hace trabajar mucho en el campo. Tanto en lo defensivo como en ataque. Eso te hace sentirte bien y te da mucha confianza.

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