La enfermería empieza a dar una tregua. Aún hay integrantes, pero todos empiezan a ver la luz al final del túnel. A ese club se sumó ayer Weligton, que dejó la grata sorpresa de dejarse ver sobre el césped haciendo carrera continua, sin duda un paso adelante para encarar la recta final de la rotura trabecular que sufrió en la meseta tibial de su rodilla derecha. La otra grata sorpresa, vinculada temas burocráticos, no de salud, la ofreció Boka, quien se reincorporó al trabajo con el grupo tres semanas después.

Se estimaba que en febrero podría producirse la vuelta de Weligton a los terrenos de juego. No obstante, todo ello irá ligado a las sensaciones que vaya teniendo el brasileño. Por lo pronto, a su favor tiene que su complexión física le permite recuperar bien el tono perdido. Pero no forzará hasta que sienta bien segura la zona dañada.

En cuanto a Boka, desde el club confían en que ya no habrá más sustos cada vez que abandone el país. El defensa costamarfileño asegura que ya tiene todos los papeles en regla, así que ahora podrá preocuparse exclusivamente de recuperar el tiempo perdido estos días y darle caña a los entrenamientos. Sucede, además, que Boka había terminado el año en su mejor momento, físico y de confianza, desde que debutó con el Málaga. Incluso el propio Javi Gracia había recurrido a él para ocupar otras demarcaciones más allá del lateral izquierdo, como el extremo o hasta la mediapunta.