Williams: "Yo odio más perder de lo que me gusta ganar"

El base norteamericano habla sin pelos en la lengua: "No me interesa jugar con gente a la que no le importa perder" "Necesitamos recuperar la química como equipo", diagnostica sobre la dinámica del grupo

Williams posa en el centro de la cancha del Martín Carpena.
Williams posa en el centro de la cancha del Martín Carpena.
José Manuel Olías Málaga

09 de febrero 2013 - 05:02

Dicen los que tratan con él que Marcus Williams (Los Angeles, 1985) es casi como un adolescente, que para que esté a su mejor nivel hay que mimarle, tratarle con cariño constante. Sin embargo, en una charla de 20 minutos con él, suelta reflexiones que no se escuchan a muchos jugadores, piensa lo que dice y se expresa con claridad. Dentro de la pista es un genio, a veces inconstante, pero fuera de ella también sabe dar juego.

-¿Vio el domingo pasado la Super Bowl?

-Hasta el blackout, era ya muy tarde y me fui a dormir.

-¿Con quién iba?

-Baltimore, siempre me gustó Ray Lewis y era su último partido antes de la retirada. Merecía la victoria antes del final.

-La gente piensa que usted sería un buen quarterback por cómo pasa el balón.

-Jugué al football antes del instituto. Pero me empecé a poner fuerte y a crecer y ya pasé al baloncesto. Pero sí, jugaba como quarterback. Y no era malo.

-¿Ve más football que NBA?

-Bueno, tampoco es que sea un fanático del football. Como buen americano, veo los grandes partidos, los más importantes. Y la Super Bowl hay que intentar verla siempre. Veo mucho más baloncesto que football.

-Atraviesan once días sin partidos, pero con mucho trabajo.

-Es algo que definitivamente necesitábamos, tiempo para trabajar, sin jugar partidos y mejorar en lo que fallamos. Evidentemente, todos lamentamos no estar en la Copa. Todo el mundo me habla de lo maravilloso que es jugarla, pero necesitamos recuperar la química que hemos perdido como equipo. El coach sabe en lo que tenemos que trabajar. Creo que necesitamos fondo y resistencia, trabajar en pista y recuperar esa química que no sé por qué hemos perdido con estas derrotas.

-A la afición le duele no estar en la Copa del Rey, entre los ochos mejores de España.

-Segurísimo, a nosotros también, mucho. Pero las cosas ocurren por alguna razón. Quizá no estamos en la Copa porque necesitamos estos diez días para trabajar, para centrarnos no sólo físicamente sino mentalmente, para recuperar la concentración que quizá perdimos. Ojalá volvamos mucho más fuertes tras estos diez días y consigamos meternos en el play off. Si lo hacemos, seguramente será por el trabajo que ahora hagamos. Por eso decía lo de que las cosas ocurren por algo. Pero es durísimo no estar en la Copa del Rey, que quede claro. Son los ocho mejores equipos, los mejores jugadores a los que más te gusta enfrentarte. Pero debemos jugar nuestras cartas.

-¿Y cómo ve a Repesa?

-Es nuestro líder. Y debemos seguir a nuestro líder. Es uno de los tipos más duros para los que he jugado y tenemos que coger su mentalidad para nosotros. Si lo hacemos y somos duros como es él, avanzaremos mucho.

-Habla de él con devoción

-Le respeto como entrenador y como persona. Creo que es sincero y claro. Si te tiene que decir algo te lo dice él, no a través de otros. Y nos comenta que si tenemos que decirle, algo se lo digamos sin miedo. Si tenemos problemas en casa o a nivel personal, se puede hablar con él. Le respetamos, no sólo entrena, sino que nos ayuda.

-¿Por qué tantas derrotas en el último mes, Marcus?

-Mentalmente nos hemos caído. Tuvimos éxito pronto y quizás pensamos que estaba todo hecho. Y no es así. Creo que es mental, no de calidad o de capacidad de equipo. Estos días van a marcar nuestra temporada, ahí debemos recuperar esa química que digo que se perdió.

-¿Son muy diferentes la Euroliga y la ACB?

-La Euroliga es más física y atlética, pero la ACB es más inteligente. En la ACB todo el mundo sabe jugar al baloncesto. No digo que en la Euroliga no, pero esta Liga es dura porque todo el mundo sabe lo que vas a hacer, parece que te han estudiado muy detalladamente, lo saben todo de ti. Cuando tiras, cuando driblas... Pero en la Euroliga hay más talento, más grandes nombres... La mezcla es perfecta.

-¿Y en cuál se siente más cómodo?

-Mira, para mí el baloncesto es baloncesto allá donde juegues. Me siento cómodo con un balón y una canasta. Ya sea en un streetball de mi barrio o en el Polo Norte. Debes jugar al baloncesto como sabes allá donde estés. No me motivo más por jugar una competición u otra. A mí lo que me preocupa es que mi equipo gane.

-Se ha realizado alguna prueba física esta semana y sus registros han satisfecho a los técnicos porque demuestra que está bien.

-Sí, espero que así el coach también se crea que estoy bien [risas]. No, en serio. Estos días son de duro trabajo. Él me dice antes de cada ejercicio que esté centrado, que cada uno de ellos me ayuda a mejorar un poco. Cuando estaba corriendo pensaba en acabar lo antes posible y en evitar el cansancio, en olvidarlo, que a veces es mental.

-Vienen muchos scouts de la NBA a ver partidos. ¿Han hablado con su agente y con usted?

-No personalmente, quizá con el entrenador. Le dije a mi agente que no me contara nada hasta final de temporada. Prefiero centrarme aquí en Málaga. Ahora no me voy a ir a la NBA, así que si eso ocurre será en otro momento. No me distrae porque eso ahora no es posible. Yo lo que quiero ahora es jugar el Top 8 de la Euroliga y los play off de la ACB. Es lo que me importa.

-Muchas veces se piensa en Europa que los jugadores americanos no están comprometidos con lo que hacen.

-Me gusta el baloncesto. No me interesa jugar con gente a la que no le importa perder, sea americano o de donde sea. Odio más perder de lo que me gusta ganar. Odio perder, es el peor sentimiento posible. Por eso hago todo lo posible para evitar perder.No quiero estar en un equipo perdedor. Se lo puedes preguntar al entrenador, qué pasa cuando mi equipo pierde en un entrenamiento. Es el peor sentimiento. Por eso yo sí tengo compromiso.

-Desde fuera parece un tipo frío. ¿Por dentro es más caliente?

-Yo puedo ser divertido y hacer bromas con mis compañeros. Pero también soy tranquilo, no soy demasiado social quizá. Pero pienso que soy buena persona [risas]...

-Hablaba antes de la química, de que su pérdida ha sido una de las principales razones del bajón. ¿En el vestuario también se ha perdido?

-No, no, no, en absoluto. Es, de lejos, uno de los mejores vestuarios en los que estuve. La gente está preocupada, eso se percibe. En otros vestuarios hay grupillos, dos por aquí, tres por allá, otro más allá... Aquí yo no veo eso, por ejemplo a Sergi [Vidal] se le puede preguntar cualquier cosa. He estado en equipos donde había gente que no se hablaba en el vestuario. Aquí hay conexión. La química fuera de la pista existe, pero dentro se perdió, no hemos sido capaces de ser constantes durante 40 minutos en el último mes. Y antes sí fue posible.

-La gente joven que sube a entrenar con el primer equipo dice que usted es el jugador que más le impresiona. ¿Intenta ayudarles?

-Con Alberto hay un problema. Yo no sé español y él no sabe inglés [risas], pero intento hablar con él aunque alguien tenga que traducirle. Tiene algo importante, las ganas y el deseo, quiere ser jugador, siempre lo deja todo en cada entrenamiento. E intento ayudarlo. Hablo mucho con Augusto Lima. Es quizá el tipo con más potencial del equipo e intento decirle qué hacer. A él le gustaría un día ir a la NBA, pero yo le digo lo que tiene que hacer aquí y ahora para ir allí alguna vez. Le digo que las oportunidades que le dé el entrenador tiene que aprovecharlas, sean muchas o pocas. Y que si hace un error no baje la cabeza. Este es un juego de errores. No hay excusas para no pelear. Si te esfuerzas el entrenador te lo va a premiar, pero si no, te va a castigar. Creo que él es mejor jugador que en septiembre.

-¿La vida aquí qué tal?

-Me encanta.

-¿Mejor que en Siberia?

-Por favor... Fue sencillo adaptarse, la verdad. La mayoría de la gente habla inglés, la comida es buena, en cualquier restaurante. En Rusia te metías alguna cosa en la boca que no sabías lo que era [risas]. Hay restaurantes japoneses, italianos, el tiempo es bueno... Mi único problema es dentro de la pista, que no ganamos en el último mes. Tenemos que ser más agresivos, dar más energía. Y estos diez días nos van a valer.

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