Un vistazo a la página web del Stelmet Zielona Gora da idea de la trascendencia del duelo de mañana. La ciudad polaca, de poco más de 100.000 habitantes y volcada con el baloncesto tras el título de Liga conseguido el pasado año tras un progresión constante, vive la Euroliga con suma ilusión. La capacidad del Centrum Rekreacyjno Sportowe para partidos de baloncesto es de 6.100 espectadores. La mejor entrada hasta ahora fue en el primer partido, en el que el cuadro polaco se enfrentó al Bayern (4.800). Era el debut histórico en la competición.

Según las previsiones que comunica el Stelmet, ya quedan menos de 900 entradas para el partido de mañana, hay 20 de los 44 sectores en los que se divide el Palacio vendidos y se fomenta un ambiente ardiente. "Hay que abrir las puertas del paraíso para jugar con Barcelona, Real Madrid, CSKA o Panathinaikos en el Top 16. Hay que ayudar a nuestros jugadores para, a continuación, derribar al toro español. El Unicaja ya nos hizo una corrida de toros en Málaga. Vamos a responder más de 5.000 gargantas. ¡Hagan que los españoles sientan cómo tiembla la sala!", reza el artículo en el que se anima a los aficionados en la web del club. Sin duda, bastante beligerante. En el fútbol los hinchas polacos sí tienen bastantes antecedentes de incidentes, no constan en baloncesto.

El ambiente se advierte caliente, pues, pero lo más significativo es que el equipo polaco, que en las dos últimas semanas estuvo a punto de ganar en El Pireo y venció en Múnich, no es el que compareció en el Carpena hace mes y medio. Así lo advierte su jugador, Christian Eyenga. "Será un partido muy especial. Ante el Bayern y el Olympiacos demostramos que somos competitivos a este nivel. Me encanta el baloncesto que estamos jugando, hemos aprendido de nuestros errores para convertirnos en un mejor equipo", dice en su blog en la web de la Euroliga.

"Ante el Unicaja vamos a salir y jugar lo más duro que podamos hasta el bocinazo final", relata Eyenga antes del duelo y alude a su conocimiento de algunos de los rivales que tendrá enfrente: "Jugué contra Carlos Suárez cuando yo estaba en el Joventut. Siempre jugó para buenos equipos (Estudiantes, Real Madrid y Unicaja) y estoy preparado para competir contra él. Conozco mucho también a Jayson Granger (jugamos muchos torneos sub 18 y sub 20 juntos), ya hablamos un rato cuando jugamos en Málaga". Así, pues, ingredientes para ver un partido bonito dentro y fuera de la pista. Esa tensión y pasión que a todos los jugadores gusta para dar lo mejor de sí. La advertencia existe.