"Ven, si vas a hacer la entrevista conmigo", dice Jenni Gutiérrez a una tímida Bea Puertas. Las jovencísimas jugadoras desprenden algo especial nada más verlas sobre la pista. El talento, el desparpajo y la alegría se mezclan sin tapujos para formar un cóctel tan explosivo como ilusionante. Siempre pendiente la una de la otra, la malagueña y la algecireña confían una campaña más en el proyecto del Clínicas Rincón que pasa, entre otros factores, por sus manos.

El cariñoso apodo de Zipi y Zape hace sonreír a la extremo y la primera línea: "¡Pero si Bea no me hace caso!. Zipi y Zape se hacían caso el uno al otro y ella pasa de mí", comenta entre risas Gutiérrez. Ambas quieren huir de la fama de agitadoras del vestuario. "Las mayores son mucho peores que nosotras, lo que pasa que nos llevan por el mal camino y al final salimos todas escaldadas", justifica Puertas.

Precisamente, la malagueña es una jugadora absolutamente renovada. El curso pasado padeció una grave lesión de rodilla que la apartó de las pistas. A pesar de su juventud, Puertas lo llevó de la mejor manera posible. Ahora, tras estar este verano con la selección española júnior, se vuelve a sentir jugadora de balonmano: "El año pasado se me hizo muy largo, pensaba que no iba a acabar nunca. Ahora me siento muy bien, la rodilla está completamente recuperada. Aunque me falta coger algo de musculatura, estoy muy contenta por cómo van las cosas".

Por su parte, Gutiérrez fue uno de los nombres propios del Campeonato de Europa de balonmano playa disputado en Lloret de Mar, en el que quedó máxima goleadora: "En lo personal todo fue muy bien, aunque nos quedamos con la espinita de conseguir una medalla. A pesar de ello, hicimos algo grande porque ninguna selección había llegado a semifinales".

Entre las jóvenes jugadoras existe una complicidad fuera de la pista que queda patente dentro de ella. "Ser tan amigas hace que nos digamos las cosas claras cuando hace falta. Del mismo modo, nos abrazamos y nos felicitamos la una a la otra", expresa Gutiérrez.

"Bea es una jugadora muy explosiva y que tiene muchísimos recursos. Si sigue trabajando como lo está haciendo y no se rinde va a ser una futura guerrera", detalla Gutiérrez de su compañera, que define a la extremo como "el motor de todos los equipos a los que va. Siempre sobresale, es una auténtica crack. De hecho, en el equipo la llamamos 'Jenni la crack'".

El equipo que entrena Diego Carrasco debuta en la cancha de Porriño este fin de semana. Tras un primer año en la máxima categoría en el que se consiguió una holgada salvación, el objetivo debe ser mejorar lo logrado. Es así como lo entiende Gutiérrez: "Sin duda tenemos que superarnos. Creo que estamos un poco mejor, el año pasado pecamos un poco de novatas, pero espero que esta temporada no tengamos los mismos errores".

Más comedida se muestra Puertas, cuya visión de la temporada se centra en ir poco a poco: "Siempre digo que hay que ir objetivo a objetivo. El primero es la permanencia, aunque este año es cierto que nos hemos propuesto estar más arriba porque el club ha hecho una plantilla para poder estar ahí".

La calidad de dos de las mayores promesas del balonmano femenino español no pasa desapercibida para equipos punteros de la liga, que intentaron fichar a ambas jugadoras este verano, aunque ellas tenían claro dónde querían estar. "Diego nos prometió un buen proyecto y ha cumplido. Además, estar cerca de casa y que puedan venir a verte tus amigos y familiares atrae mucho más que ir a otro sitio", justifica Gutiérrez.

El Clínicas será el equipo que más kilómetros haga durante esta temporada, no obstante, las horas de autobús dejan curiosidades divertidas, como así confirma Puertas: "Las mayores siempre están haciendo ruido, además de Diego, Suso [ayudante] y los que vayan con ellos. A las cinco de la mañana es habitual que sólo se oigan risas".

La temporada alza su telón y Jenni Gutiérrez y Bea Puertas, las Zipi y Zape del Clínicas Rincón, tienen mucho que decir.