"El afán de superación es la clave del éxito"

Hay personas cuya vida está escrita a base de caídas y decepciones. El deporte no es ajeno a ello, con finales felices que pocas veces se celebran. Pero también hay personas que aprovechan tal coyuntura y se ayudan de las malas jugadas del destino para acabar triunfando. Es el caso de la atleta Loli Garre, vigente campeona nacional en 2.000 metros obstáculos en veteranos y protagonista de una historia que merece ser contada: "Nací de pie, cosa que me causó una escoliosis bastante grave. Los médicos casi me decían que estaría en una silla de ruedas el resto de mi vida. Sin embargo, mis padres no hicieron caso y yo, que me considero luchadora y valiente, me propuse levantarme".

Postrada en una cama tras una operación, a la edad de 13 años, fue cuando decidió que la suya no iba a ser una vida inmóvil. "Vi un documental sobre los Juegos Olímpicos y al ver a toda esa gente moviendo su cuerpo de esa manera tan magnífica quise hacerlo yo también", comenta Garre, que continúa con la narración: "Así que comencé a hacer rehabilitación desde la nada, sin poder moverme. Poco a poco adquirí la movilidad, pero no me conformé. Por eso mi primera medalla en el colegio la conseguí con un aparato en la pierna. Peleaba por ese anhelo de libertad al verme tan mal unos años antes".

No se quedó ahí, pues su meta era continuar con aquello que le había ayudado a levantarse. "Comencé a buscar por Marbella algún club de atletismo, pero había muy pocas personas que entrenaran. Igual que en San Pedro, así que más o menos soy de las primeras que se han dedicado a esto aquí", asegura Garre, originaria de Almería pero sampedreña de adopción desde los 4 años.

La enfermedad que estuvo a punto de lastrarle de pequeña no impide que actualmente luche por subir a lo más alto del podio en cada competición que disputa, como el Nacional de veteranos en pista cubierta que se celebra el próximo fin de semana en Zaragoza. "Haré el pentathlón y, aparte, triple salto y salto de altura. Y no hago más porque los horarios coinciden", cuenta entre risas. "Lucharé por traerme una medalla. A nivel nacional hay más nivel, pero lo intentaré", señala.

Garre da las claves de su inabarcable motivación y ganas: "Habitualmente hago cross, por eso será que una sola prueba me sabe a poco. No sirvo para estar en la grada. Además, soy valiente y me atrevo con todo".

Eso sí, va sin preparación en algunas modalidades, apelando a los conocimientos teóricos que tiene al ser profesora y monitora de atletismo. "En San Pedro no hay instalaciones, pero el afán se superación es la clave del éxito. Eso y las fuerzas que me dio la enfermedad de niña. Así gané los 2.000 obstáculos nacionales, que antes jamás los había practicado", confiesa Garre, que añade: "Y mi reto ahora es la pértiga".

Su lucha por superarse va emparejada a otra por mejorar las condiciones del atletismo femenino. "Me siento valorada por mí, no por los demás. Una vez, siendo quinta en una carrera, a los hombres que quedaron por detrás les regalaron viajes y a mí un juego de sartenes. Las cosas están algo más igualadas, pero tenemos que luchar demasiado. Aunque tampoco me pilla de sorpresa", sentencia.