Otra agresión salpica el fútbol base

Otra escandalosa agresión vuelve a ensuciar el fútbol base malagueño. Ocurrió el pasado viernes en el campo del Tiro Pichón. Si cualquier acto de violencia en la cantera es reprobable, más aún lo fue teniendo en cuenta que se trataba de un partido de categoría alevín entre los locales y el CD Lauro. El resultado fue que el entrenador de los visitantes, Jesús Calzado, sufrió una brutal paliza por parte de siete espectadores que presenciaban el encuentro. Tuvo que ser hospitalizado y hasta el pasado domingo por la mañana no recibió el alta, aunque se marchó a su casa bastante magullado y aún con múltiples heridas en su cuerpo.

El incidente sorprendió a propios y extraños. No suele ser una categoría donde ocurran actos así, tampoco se trataba de un partido de rivalidad ni con antecedentes entre los equipos. Según fuentes presenciales, fue el propio entrenador del Lauro quien inició la refriega. Después de varias protestas al colegiado al considerar que los jugadores del Tiro Pichón se estaban empleando con demasiada dureza durante la primera parte, tras una falta Calzado añadió a sus protestas el lanzamiento de una botella de agua a su homólogo local. Éste le recriminó la actitud y ambos se enzarzaron en una dialéctica sobre el mismo terreno de juego. En esas, seis personas presentes en el terreno de juego que, según esos mismos testigos, eran familiares del técnico rojiverde y gente relacionada con el club, bajaron al césped para reprobar a Calzado su comportamiento. Su tono beligerante fue in crescendo hasta que lo enviaron al suelo con varios golpes y ahí comenzaron una violenta agresión a base de patadas. Aunque acabó siendo traslado al Hospital Carlos Haya con múltiples contusiones, evitó males mayores la intervención del coordinador del CD Tiro Pichón, quien horas después presentó su dimisión del cargo como muestra de rechazo por lo ocurrido.

La Policía ya completó su atestado de lo ocurrido y todo queda a la espera de conocer las sanciones que pueda acarrear este incidente. Sin duda, se espera que sean fuertes, tanto a nivel individual para los participantes en la agresión como para el club.

No es el primer hecho reprobable que ocurre esta temporada. A finales del pasado año hubo una pelea multitudinaria en el campo de La Mosca entre los juveniles del equipo paleño y del Churriana que se saldó con más de 30 implicados y la intervención de la Policía Nacional para evitar males mayores.