Alejandro Davidovich, brotes verdes de una transformación radical

El malagueño se reencuentra con su mejor tenis en Melbourne y está ya de vuelta al Top 60 y todavía con camino para hacer algo más grande

La victoria ante Mensik

Alejandro Davidovich, en el Open de Australia
Alejandro Davidovich, en el Open de Australia / Efe

Alejandro Davidovich Fokina (Rincón de la Victoria, 1999) sigue haciendo ruido en las antípodas. Las madrugadas y mañanas de la última semana están siendo movidas con los partidos del volcánico, para lo bueno y para lo malo, jugador malagueño. Visto como un potencial Top 10 de la ATP, triunfante desde niño, más aún desde que en 2017 ganara Wimbledon junior, rozó en 2023 el Top 20 pero se quedó a las puertas y experimentó un retroceso que no había vivido desde su irrupción en la élite. 2024 fue un año de profundos cambios. Dejó a su entrenador de casi toda la vida, Jorge Aguirre, se mudó a Mónaco, se prometió con su pareja y trazó una línea con 2025, con un puesto 68 en el ranking, que le obligaría a jugar fases previas de Masters 1000 y apenas ser cabeza de serie en ningún cuadro, con el aumento de la dificultad en las primeras rondas. Pero saldrá de Australia fortalecido.

Davidovich ganó otro partido maratoniano. Había llamado la atención con un triunfo ante Felix Auger-Aliassime el miércoles, tras remontar de manera espectacular un 0-2 adverso. Repitió el guión este viernes ante el emergente checo Jakub Mensik (19 años y 48 del mundo), un jugador peligroso que había batido en la ronda anterior al seis del mundo, el noruego Ruud. De alguna manera se le ha reprochado a Davidovich en este tiempo esa inconsitencia, la capacidad de tener contra las cuerdas a Top 10 y no rematar, perder encuentros con 5-1 a favor en el segundo set, no encadenar partidos consecutivos de gran nivel salvo aquella final de Masters 1000 de Montecarlo o los cuartos de final de Roland Garros. Y también ese plus de sufrimiento y de dureza mental sin los cuales no es posible pervivir en la superélite del tenis.

El malagueño venció por 3-6, 4-6, 7-6 (7), 6-4 y 6-2. Levantó dos bolas de partido en la tercera manga, en una de esas muertes súbitas que pueden ser un punto de inflexión en su carrera. Fresco de piernas (privilegiada su explosividad, le faltaba más fondo), explicaba tras el partido de manera técnica cómo que las bolas se hicieran más pesadas favoreció a sus características frente al tremendo sacador checo. Después le maduró y en el quinto set superó un momento de duda, cuando tras acumular dos roturas a su favor perdió su saque con 4-1. No vaciló y sentenció rompiendo y sacando sin debilidades para el 6-2 final.

Davidovich se garantiza ya estar entre los 60 mejores al final del Open de Australia y tiene también el camino para pelear con Tommy Paul, semifinalista en 2023 en Melbourne tras dejar por el camino al rinconero en una gran batalla a cinco sets. El balance es 0-3 para el estadounidense, algo que no suele venir mal para rebelarse y cambiar la tendencia. Tiene a una victoria los cuartos de final, territorio que sólo pisó en Roland Garros 2021, donde le detuvo Zverev. Precisamente, con probabilidad, el mismo que le esperaría en cuartos si el alemán gana también al francés Umbert...

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