"¿Y si nos apuntamos?"

Málaga ha dado campeones del mundo de baloncesto, el Unicaja ha ganado títulos y es referente en la canasta nacional y continental. La materia prima femenina puede ser de calidad similar a la masculina, pero la ausencia de un equipo de élite ha propiciado que no arraigue el talento que se produce en la provincia. Jugadoras como Gema García, Silví Quero, Marta Pérez o, más recientemente, Patricia Soler han sido internacionales en las categorías inferiores. Hay jugadoras, hay clubes. Se percibe un deseo de construir. En esta temporada han coincidido, hecho inédito, cinco equipos de la provincia en Primera Nacional.

La punta de lanza es el Bufete Teatinos ACD Gamarra, que este fin de semana compite en Granada en un formato de Final Four por el título de la Primera Nacional Andaluza y por una de las tres plazas de la fase de ascenso, que se celebrará el próximo fin de semana en sede por determinar. RACA Granada, anfitrión, compite hoy ante Maristas Córdoba, que entró por la renuncia de Conquero Huelva (sus juniors juegan el Campeonato de España), en la primera semifinal (18:30 horas). A las 20:30 horas, Gamarra se mide al Náutico Sevilla, con el que ha jugado dos veces este temporada, en pretemporada y en la Copa de Andalucía, y en ambas le derrotó, aunque de manera ajustada. Las ganadoras de las semifinales y las del tercer y cuarto puesto jugarán la semana que viene en el mismo formato con un equipo canario por una plaza en la Liga Femenina 2, el equivalente a la Adecco Oro masculina.

Hace una década, el UMA estuvo en esa antesala de la máxima categoría durante una temporada, pero no hubo continuidad. Una de sus jugadoras era Lorena Aranda, a sus 28 años la entrenadora del Gamarra. A la sazón fisioterapeuta de cantera del Unicaja, hoy hará equilibrismos para volver desde Madrid, donde el junior juega por el bronce en el Nacional, y dirigir el partido en Granada. Tras ser durante dos años consecutivos campeonas provinciales, entre el equipo se extendió una pregunta. "¿Y si nos apuntamos en Primera Nacional?". El reto se convirtió en realidad tras gestiones de diversa índole. Las jugadoras pagan cada una sus licencias, tres patrocinadores (Bufete Teatinos, Restaurante Amitabha y Clínica Manzano) ayudan para cubrir desplazamientos y gastos de arbitrajes. El Ayuntamiento, a través del Distrito Bailén-Miraflores, también pone el hombro. Los entrenadores no cobran, a cada jugadora, por rotación, le toca comprar en un partido las 12 botellas de agua. En Gamara no se podía jugar por las dimensiones de la pista, no validadas por la Andaluza. Así que Lorena pidió un cable al Unicaja, que cede Los Guindos para dos días de entrenamiento a la semana y para los partidos. Las jugadoras estudian y trabajan y los entrenamientos suelen acabar lindando con la medianoche...

En fin, un acto de pasión por el baloncesto, sin más retribución que el competir y progresar. Resulta que empezó la temporada y las victorias se sucedían. En todo el año sólo se han perdido dos partidos oficiales. La final de la Copa ante el Maristas y el segundo partido de cuartos de final ante el mismo equipo. El resto, casi una veintena de victorias. "Fui a la primera reunión en Sevilla. No conocía ni a los rivales, ni la competición, ni cómo iba compatibilizar con mi trabajo de fisioterapeuta en el Unicaja. Proponían cosas y yo no me enteraba... Pero mira por donde aquí estamos", relata Lorena Aranda, que entrena a un grupo de jugadoras de base malagueña con la canaria Débora León, la francesa Oceane Feyeux y la norteamericana Molly Todd, estudiantes y trabajadoras, nada de refuerzos estelares. "Málaga produce jugadoras para tener, sin ninguna duda, un equipo de Liga Femenina 2. Hay varias desperdigadas en equipos de élite", disecciona Lorena. Igual el Bufete Teatinos Gamarra da el impulso necesario para que el baloncesto femenino malagueño tenga el espacio que merece.