El árbitro sepulta un sinfín de parabienes

En el equipo destacó el olfato recuperado de Baptista, el desahogo de Camacho y Apoño y el regreso de Rondón

J. L. M. Do Especial

23 de enero 2011 - 05:02

Debajo del lío arbitral, quedó sepultado un Málaga de muy buen trato del balón, que llegó a recordar al fino equipo de Joaquín Peiró y muy solidario en la defensa para tapar la ausencia de jugadores en el campo. La polivalencia de Camacho para multiplicarse en el medio y el centro de la zaga, el trabajo incansable de Apoño, el olfato renovado de Baptista y sus disparos desde la frontal, el buen desahogo postrero de Recio... Muchas cosas buenas opuso el conjunto blanquiazul, lamentablemente todas inútiles para el resultado final.

Rondón se reconcilió con el gol, aunque irónicamente falló más tantos de los que consiguió. Demichelis y Helder se fueron expulsados cometiendo una sola falta entre ambos y Asenjo alternó entre luces y sombras en un partido loco que descubrió el boceto de lo que quiere Pellegrini para el futuro.

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