baloncesto

La aventura mexicana

  • Los malagueños Pablo García, entrenador, y Marcos Cerveró, preparador físico, compartirán desde la próxima semana experiencia en los Soles de Mexicali

Pablo García y Marcos Cerveró, ayer, en Calle Larios.

Pablo García y Marcos Cerveró, ayer, en Calle Larios. / jesús mérida

Pablo García debía comenzar el pasado lunes a trabajar en un despacho de abogados. La próxima semana tomará el avión para emprender una ilusionante aventura como entrenador ayudante del técnico canario Iván Déniz en los Soles de Mexicali. Hasta el pasado junio era entrenador de uno de los equipos cadetes del Unicaja. Una llamada, una negociación rápida y una decisión más veloz aún. En cuestión de 10 días, un giro radical. Con 28 años, coge un reto que "me ha llegado en un momento límite, en donde iba a cambiar un poco la orientación de mi vida y me puedo seguir dedicando a mi pasión, el baloncesto. La oportunidad la cojo con los brazos abiertos, dispuesto a luchar y ayudar a ganar al equipo. Mi preocupación ahora es estar preparado para sumar desde el minuto 1", relata con entusiasmo.

No estará solo en su periplo Pablo García, jugador hasta edad junior en El Palo, donde ya en edad cadete ayudaba a entrenar al equipo infantil. Tras dirigir equipos masculinos y femeninos -"de todas las categorías, desde premini a junior", especifica- en El Palo, donde ganó títulos provinciales y regionales para ir a algún campeonato de España, y seis años en Los Guindos, cuatro como ayudante y dos como primer técnico, emprende un periplo en el que se encontrará con otro malagueño aventurero, Marcos Cerveró, preparador físico que colaboró con el Unicaja antes de fichar un año por el Astana kazajo, donde coincidió con el ex cajista Nik Caner-Medley. Ha trabajado como preparador personal en verano de jugadores como Mickael Pietrus (hermano del ex cajista Flo) y Fran Vázquez y también con la selección española de rugby femenino y lucha libre masculina. Licenciado en INEF en Granada, tras la experiencia en Kazajistán empezó a trabajar con Iván Déniz, con una década de trayectoria entrenando en Sudamérica (México, Puerto Rico y Venezuela) tras hacerlo en ACB y LEB. Con él estuvo un año en Mexicali, adonde regresa ahora tras haber sido subcampeón entonces, y otro en el Guaros de Lara venezolano, con el que ganó la Intercontinental al Frankfurt Skyliners.

Mexicali, ciudad fronteriza con California, será la casa durante los próximos meses de los dos malagueños. Si todo va bien, hasta mediados de abril. Supondría que llegan a la final de la LNBP, como se conoce a la competición mexicana. Juegan 12 equipos, que se enfrentan cuatro veces entre ellos, con tandas de dos partidos en cada viaje. Los ocho mejores pasan a play off y el reto del club en el que se enrolan los dos malagueños es pelear por el título. No queda ahí la experiencia, también juega la Liga de las Américas, con los 16 mejores equipos del continente (EEUU y Canadá aparte). Para paliar las distancias enormes en el continente se juega en formato de cuadrangular por sedes que concentran a cuatro equipos, de los que avanzan dos. Así, hasta una final con los cuatro mejores.

"Estamos manteniendo conversaciones telefónicas y por correo, porque la diferencia horaria con Mexico es grande, preparando la pretemporada y las primeras semanas de trabajo. Tengo que conocer una liga nueva. Aquí veía equipos de cantera, ACB y Euroliga. Ahora son otros jugadores, liga, árbitros... Todo nuevo. Es una experiencia que me va a hacer mejor persona y profesional", explica Pablo García, que tendrá la ayuda de otro malagueño que ya conoce el terreno.

Aunque enfocó su carrera profesional hacia la preparación física, Marcos Cerveró también jugó y entrenó en la EBG. "Es una liga un poco desigual y con un juego distinto. La liga es muy exigente en muchas cosas, el club pelea por ganar el título y vamos a competir en la Liga de las Américas, el torneo más prestigioso. Cuando estuvimos allí perdimos la Liga en el séptimo partido de la final", concreta el preparador físico, que explica las diferencias más importantes en el juego: "Se suele jugar con cinco abiertos, el más grande mide dos metros a lo mejor. Un cinco puro de aquí de Europa no podría jugar allí seguramente. Es un baloncesto más rápido, más físico. Incluso más atlético que aquí. Cada equipo puede tener tres jugadores importados, aunque en México hay muchos americanos de origen mexicano que obtienen el pasaporte sin problemas. De hecho, se habla en inglés en el equipo, es el idioma que se maneja. Iván equilibra entre esto y aquello y eso te da una ventaja, un modelo europeo no tendría sentido allí. El ritmo es más rápido. De hecho vuelvo aquí y se me hace un poco más pesado el baloncesto que se practica".

El próximo día 14, Pablo García y Marcos Cerveró cogen el avión para llegar a Los Angeles. De ahí, cuatro horas de carretera hasta Mexicali. Una experiencia vital y profesional a 10.000 kilómetros de Málaga con el baloncesto como protagonista. En México, donde el baloncesto vive momentos de efervescencia. En Europa comienzan a llegar cada vez más jugadores. Gustavo Ayón, por ejemplo, que jugará estos días el Costa del Sol, fue entrenado por Iván Déniz en Tenerife. Recomendó su fichaje tras verlo en acción in situ. La NBA estudia su expansión a DF, donde este año habrá un equipo en la LNBP. Dos malagueños son parte de ella.

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