Dos que buscan una nueva historia

Colombia, que vuelve al Mundial de fútbol tras 16 años de ausencia, y Grecia, que no pudo superar la primera ronda en sus dos participaciones anteriores, darán hoy su primer paso en Brasil 2014 buscando escribir una nueva historia.

El choque, que se disputará a la una de la tarde local en el estadio Mineirao de Belo Horizonte, abre el Grupo C para dos selecciones con objetivos y antecedentes muy distintos.

Desde la noche del 22 de enero de este año, el equipo dirigido por José Pékerman viene elaborando el duelo por la ausencia de Radamel Falcao, el máximo goleador, el referente, el líder, la carta ganadora.

Pero una vez asumido el trance, Colombia se presenta en el Mundial con las expectativas bien altas y la ilusión de volver a ganarse el respeto del fútbol internacional. Los resultados avalan la ola de optimismo que invade a los hinchas del país de Gabriel García Márquez.

Los últimos dos años fueron una sucesión de éxitos y buen juego que reanimaron el anhelo de repetir la imborrable campaña de Italia 90, cuando la generación de los Higuita, Leonel Álvarez, Valderrama y Rincón logró atravesar la primera fase para caer ante Camerún en los octavos de final. Una década y media más tarde los tiempos y el fútbol han cambiado bastante. Y Colombia también.

Los hombres de Pékerman ya no son el equipo de ritmo lento y toques precisos que deleitaba a propios y extraños con su toque lujoso y alegre. Ahora, y aun conservando el buen trato de la pelota, juega a otra velocidad, con promesa de explosividad por los costados, con Juan Cuadrado, James Rodríguez y dos laterales, Zúñiga (o Arias) y Armero, que no dejan de asumir riesgos en ataque.

Aunque hay algo que permanece, asegura el capitán, Mario Yepes: "Colombia no puede cambiar su filosofía de juego. En toda la eliminatoria nos basamos en la tenencia del balón, que es lo que nos hace fuertes".

Colombia mantiene un gran poder de fuego con delanteros como Bacca y Teo Gutiérrez, posibles titulares aunque igual juega sólo uno de ellos, Jackson Martínez y Adrián Ramos. Y a su vez ha logrado un equilibrio defensivo poco común, apoyándose en la veteranía de Yepes, a quien acompañaría Zapata en el centro de la zaga, y la fuerza de Carlos Sánchez y Abel Aguilar en el centro.

Grecia, en cambio, sigue fiel a sí misma. Desde la Eurocopa ganada en 2004, los helenos continúan apostando todo a una defensa cerrada y expeditiva que les permita realizar transiciones rápidas para acertar con algún contraataque.

Los incombustibles Karagounis y Katsouranis prolongan la relación con aquel sorprendente equipo de Otto Rehhagel, Manolas lidera la resistencia en el área propia, Samaras oficia de faro para sostener la pelota que llega por los aires y Kostas Mitroglou es la estrella depositaria de la esperanza de un país necesitado de alegrías: superar la fase de grupos de un Mundial por primera vez y empezar a torcer la historia sin dudas lo sería.