Málaga c. f.

La cláusula del miedo

  • Los casos de Lolo y Duda, que no jugarán ante el Sevilla, son un ejemplo de la actual política que se lleva a cabo con las cesiones

Hoy en día está muy instaurada la famosa cláusula que prohíbe a los jugadores cedidos enfrentarse contra los clubes de los que son propiedad. Por encima de todos, el que más la aplica es el Real Madrid, sobre todo con sus canteranos. Dicen las malas lenguas que todo comenzó cuando hace cinco años Morientes echó al Real Madrid de la Liga de Campeones. Otros apuntan a la noche en que Eto'o, como mallorquín, hizo estallar el Bernabéu (1-5) y muchos se remontan al día en que Munitis se vengó de su cesión al Racing metiendo el tanto que tumbó a los blancos en El Sardinero. Lo cierto es que el compendio de todo ello hizo que la directiva quisiera prevenir más ridículos de ese tipo y en esa línea sigue. Los casos de Garay, actualmente cedido en el Racing de Santander; de Callejón, en el Espanyol, y de Negredo, en el Almería (estos dos últimos jugadores ya no pertenecen al Real Madrid), son sólo un ejemplo de la política emprendida por uno de los clubes más poderosos cuando cede o traspasa con opción de recompra a algún jugador.

Lendoiro es otro fiel seguidor de estas cláusulas. Pese a que cada verano tiene excedente de futbolistas, le cuesta darles salida y siempre recurre a una cesión prohibitiva para evitar que otros saquen el rendimiento que él no ha podido. Como botón, la situación que vive Adrián, hoy jugador blanquiazul.

Y es que Málaga es el equipo que más jugadores tiene cedido entre reales y cubiertos. La legislación que emana de la Federación Española de Fútbol estipula un máximo de tres jugadores cedidos por equipo. En el caso del equipo blanquiazul, ese cupo está cubierto por Lolo, Duda y Nacho, por lo que la entidad de Martiricos tuvo que acordar un traspaso encubierto con el Deportivo de la Coruña y el Zaragoza para hacerse con los servicios de Adrián y de Pablo Barros, respectivamente. En el caso de los dos ex jugadores del Sevilla, ninguno de ellos podrá jugar este domingo ante el Sánchez Pizjuán salvo que el Málaga abonara 100.000 euros por jugador, una cantidad a la que no está dispuesta a hacer frente por la delicada situación financiera del club. En cuanto a Nacho, el canterano sí pudo jugar en La Rosaleda ante el Getafe, pero el contrato que firmaron ambos clubes estipula que el malagueño no lo podrá hacer en el Alfonso Pérez, al igual que Adrián, en este caso en Riazor.

Un estudio del número de jugadores cedidos con los que cuenta cada equipo en la élite del fútbol patrio demuestra que la situación del Málaga es sólo un ejemplo de la política que se lleva a cabo en la actualidad en el mercado de las cesiones. Hasta ocho futbolistas más, Bellvís, Álvaro Antón y Cisma (los tres en el Numancia), Jonatan Pereira y Garay (Racing de Santander), Callejón (Espanyol), Nano (Betis) y Negredo (Almería) no pueden jugar ante sus ex equipos.

La situación es tan esperpéntica que Javi Moreno, hace unos años, se ofreció a pagar la mitad de los 180.000 euros con los que el Zaragoza hubiera debido indemnizar al Atlético en caso de alinearlo. En la Liga Adelante, se ha rizado el rizo este año: Abel Buades (Alicante) no pudo jugar ante el Nástic porque se lo impedía una cláusula de su traspaso, al igual que en los casos de Negredo y Callejón con el Almería y el Espanyol, respectivamente.

En el extremo opuesto, se sitúan el Real Madrid, el Barcelona, el Athletic y el Sporting. Ninguno de estos cuatro equipos cuenta en la actualidad con algún jugador cedido por lo que podrán contar durante toda la temporada con toda su plantilla disponible.

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