La conquista de Oporto
Afición
Los malaguistas partieron rumbo a Portugal con el convencimiento de volver con un buen resultado. Veteranos y debutantes de los viajes se mostraron igual de ilusionados
Pasadas por agua, casi 600 personas esperaban pacientemente en la explanada del antiguo rastro de Martiricos ocupar una de las plazas pertenecientes a los diez autobuses con destino Oporto. Pasadas las 21:00 horas, no eran pocos los que aprovechaban para comer antes de embarcarse en semejante aventura: el mayor desplazamiento internacional del Málaga en su historia, ya que se estima que entre 2.500 y 3.000 aficionados estén animando hoy en las gradas visitantes de Do Dragao. Toda una armada para tomar un campo casi inexpugnable.
Antonio Francisco Luis Cabello aprovechaba esos últimos instantes de libertad hasta embarcarse en un viaje de 15 horas. No ha sido una espera fácil para él, que ha ido preparando cada detalle de su desplazamiento desde el primer día. "Madrugué para conseguir la entrada y fui de los primeros. Desde ese momento estuve preparando el viaje: mirando mapas por internet, todos los lugares a dónde ir, el tiempo que va a hacer...", afirmó el aficionado malaguista, que ha vivido el cielo y el infierno de ser aficionado blanquiazul y cuyo último desplazamiento con el equipo lo atestigua: "No es la primera vez que viajo con el Málaga pero hace tiempo ya de la última. Fui a Motril para el partido ante el Granada 74, cuando nos jugábamos el ascenso".
Samuel Fernández, sin embargo, sí ha viajado numerosas veces con el equipo, aunque sus planes en la ciudad portuguesa van más destinados al encuentro que a otra cosa: "A ver dónde nos suelta cuando lleguemos allí, nos quedaremos con el sitio y ya veremos si podemos visitar la ciudad. Pero en el estadio estaremos dos horas antes del partido o así". Samuel es precavido en el pronóstico del encuentro. "Difícil partido, el Oporto tiene un buen equipo pero creo que podemos hacerlo muy bien", afirmó.
En el otro extremo se encontraba una de sus dos compañeras de viaje, Esther Jiménez, con las sensaciones a flor de piel al ser debutante en un desplazamiento con el club. "Es el primer viaje que hago para ver un partido del Málaga y lo hago con mucha ilusión. Un poco nerviosa también", dijo. Esther percibió un gran ambiente de sus numerosos compañeros de viaje: "La gente aquí está llena de ilusión, es algo histórico. Llegar hasta dónde hemos llegado es algo histórico y por eso tenemos mucha ilusión y ganas de ganar".
Rafael Soria es un aficionado más veterano, que ha bebido más malos tragos que buenos con su club, pero la ilusión la ha recuperado de sobra: "Al equipo lo veo con moral, tiene buenos jugadores, y yo creo que puede estar ahí. Podemos jugarles cara a cara, no hace falta que lo diga yo, lo estamos demostrando, estamos haciendo fútbol". Su positividad se transmite a su vida, ya que puede viajar sin tener que pedir días de asueto, pues se encuentra desempleado. "Algo bueno tenía que tener", añadió con una sonrisa.
Ellos partieron por la noche, pero la primera avanzadilla había partido nueve horas atrás, acompañando a los jugadores de la primera plantilla. Los malaguistas, vestidos con sus mejores galas, tuvieron una escolta de lujo. Además de los aficionados que volaron en el mismo avión, se fletó otro chárter exclusivamente para ellos.
Pero uno no elige cuando le toca vivir los momentos que pueden cambiar su vida. El Málaga en unos octavos de final de Champions es algo que no hace demasiado tiempo podría ser tildado de locura, y una vez convertido en realidad, son los aficionados quienes hacen verdaderas locuras y tiran de ingenio para no perderse tal momento a pesar de la crisis económica. Ese es el caso de José Aurelio, que junto a tres amigos se dirige rumbo a Do Dragao en una autocaravana. "Hace un mes y medio, cuando fue el sorteo, decidimos que íbamos a ir. Consideramos irnos en avión o en coche y al final ninguna de las dos cosas. Alquilamos una autocaravana", dijo Aurelio.
En el momento de contactar con ellos, se encontraba aún en la carretera, pero con la ilusión tan intacta como el resto de la expedición: "En estos momentos vamos por Ciudad Rodrigo (Salamanca) a dos horas de la frontera con Portugal y por ahora tenemos muy buen ambiente. Hemos decorado la caravana con bufandas y banderas y ahí vamos con nuestro camino, aunque no nos hemos cruzado con ningún otro vehículo de malaguistas. Nuestro plan es dormir al lado del hotel donde están los jugadores concentrados. El día del partido iremos a una quedada que los aficionados van a hacer en la Plaza de la Libertad". Allí está citado todo el malaguismo a las 12:00, hora portuguesa, una más en España.
Parece que la experiencia está yendo con la misma buena trayectoria que el Málaga, incluso ya han acordado repetir la experiencia de viajar con la autocaravana si se pasa a cuartos. "A donde sea", finalizó. El recorrido de los aficionados malaguistas tiene la misma ambición que el club al que tanto aman.
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