La Escuela Deportiva Municipal (EDM) de espeleología experimenta con ilusión su segundo año de vida. Si la campaña pasada ya debutó con éxito, en ésta la respuesta ha sido todavía más satisfactoria. El cupo de alumnos ha aumentado en tres, hasta un total de 18. Un número de chavales que aprenden todos los miércoles y jueves en la sede de la Sociedad Excursionista de Málaga las maneras de conquistar cuevas y cimas.

Para tal misión esta EDM trabaja en un rocódromo, en el cual sus alumnos reciben lecciones de cómo encarar los ascensos y descensos ayudándose de bloqueadores y arneses. "Intentamos que sepan las formas de subir y bajar por una cuerda y que poco a poco vayan pasando de dificultades a través de pasamanos", explica Elisa Ruiz, coordinadora de esta Escuela, que habla de los aspectos beneficiosos de espeleología: "Mejoran la coordinación, la destreza y la agilidad".

Partes técnica y física complementadas por la concepción de valores. "Éste es un deporte de compañerismo, en el que se necesita un grupo homogéneo. Una persona sola no puede avanzar. Además, fomenta la conservación y la convivencia con la naturaleza y el medio ambiente", concluye Ruiz.