El delirio fue rojiblanco

El Atlético conquista su décima Copa con un gol de Miranda en la prórroga que culminó la remontada Cuarta ocasión que los colchoneros le ganan el título al Madrid en el Bernabéu

Alberto Bravo (Dpa) Madrid

18 de mayo 2013 - 05:02

El Atlético de Madrid tocó ayer el cielo al conquistar su décima Copa del Rey ante su máximo rival, el Real Madrid, que cayó en la prórroga y despidió la temporada sin títulos importantes.

Y no sólo eso, sino que el equipo de Diego Simeone lo logró en el estadio Santiago Bernabéu, la casa de su vecino. Rompió su particular maldición de 14 años sin ganar al Real Madrid cuando más importaba.

A cambio, el equipo de blanco cerró una temporada para el olvido, en la que no dio alegrías a sus aficionados. Además, su entrenador, José Mourinho, fue expulsado. Una mala manera de cerrar una etapa, si se confirma su muy probable salida del Real Madrid en los próximos días. También fue expulsado Cristiano Ronaldo.

El Real Madrid no creaba ocasiones, pero el control de la pelota y la pronta recuperación del balón le servía para vivir tranquilo, a la espera de la oportunidad propicia. Y ésta llegó a los 14 minutos, con un saque de esquina de Özil que sirvió para ver a Cristiano Ronaldo colgado de una nube. El portugués se elevó y remató impecablemente de cabeza para adelantar a los suyos.

Pero el conjunto de José Mourinho tiene un conocido vicio: suele retroceder 20 metros cuando va por delante en el marcador, fiando su juego a su poder en el contraataque. Pero esta especulación también le crea disgustos, sobre todo cuando delante aparecen buenos delanteros. Y el Atlético los tiene, sin duda.

El gol pareció despertar al equipo de Simeone ante su perezoso rival, que pasó a defender. Las buenas sensaciones cambiaron de bando y el Atlético comenzó a pisar el área contraria. Hasta que llegó el empate.

A los 35 minutos, Falcao realizó una jugada de crack. Recibió de espaldas en la medular, volvió loco a Raúl Albiol y dibujó un gran pase profundo hacia la carrera de Diego Costa, quien marcó con un disparo cruzado que Diego López llegó a tocar, aunque no lo suficiente como para evitar el tanto. Y de nuevo varió el rumbo del choque, tan caprichoso. El Real Madrid pareció reconocer su error y volvió a asumir el mando del duelo ante un Atlético que regresó a su plan inicial de jugar amontonado atrás. Al conjunto blanco le alcanzó para crear su segunda ocasión de la primera parte, con un disparo de Özil que se estrelló en un palo.

El Real Madrid volvió a asumir el mando en la segunda parte, aunque esta vez el Atlético no se replegó tanto como en sus peores momentos de la primera mitad.

A los 61 minutos se le presentó una doble ocasión al Madrid cuya resolución le supo a milagro al Atlético. Cristiano Ronaldo progresó hasta la línea de fondo, centró atrás y Benzema remató a un palo. El balón fue a Özil, quien con toda la portería para él estrelló el cuero en Juanfran. Y a los 68 minutos, Cristiano Ronaldo mandó otra vez a la madera, esta vez en un lanzamiento de falta.

Pero en vez de aprovechar la inercia ante un Atlético desconcertado, el Real Madrid se enredó en las protestas al árbitro. Y ahí Mourinho, cómo resistirse, reclamó su cuota de protagonismo con una protesta exagerada que le sirvió para ser expulsado.

Los técnicos del Real Madrid asumieron riesgos al introducir tres cambios de golpe para empezar el tiempo añadido.

Y fue el Atlético el que tuvo la primera gran ocasión de la prórroga, cuando Diego Costa se quedó en el mano a mano con Diego López, quien sacó dos remates consecutivos. El equipo rojiblanco no perdonaría después. A los 98 minutos, Koke centró al primer palo, Essien se tragó el desmarque de Miranda, Diego López no salió y el central brasileño Miranda cabeceó a la red.

La afición atlética se apoderó del estadio Santiago Bernabéu. También sus jugadores, cuyo estado de ánimo se elevó al cielo. Sin dirección en banquillo ni en el campo, al Real Madrid sólo le quedó el orgullo para intentar voltear el marcador. E Higuaín la tuvo, en un remate cercano que sacó Courtois. Pero quedó en poca cosa comparado con la tremenda parada que le hizo a Özil a los 109 minutos. Una intervención memorable.

El final del partido fue penoso, con una expulsión a Cristiano Ronaldo y un tumulto que oscureció una emocionante final.

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