El deporte de los valores vitales

Rugby

Detrás de la imagen de agresividad y de irracionalidad que muchos ven en el rugby, los jugadores del Club Málaga demuestran día a día que hay mucho más allá de estas ideas estereotipadas

Entrenamiento de ayer del Club Rugby Málaga, en las instalaciones del Campus de Teatinos.
Entrenamiento de ayer del Club Rugby Málaga, en las instalaciones del Campus de Teatinos.
Marcos García / Málaga

28 de septiembre 2011 - 05:02

"Señor, no se ha dado cuenta, pero el contrario golpeó primero". Esta afirmación, que en otros deportes sería algo utópico, en el rugby es de lo más usual. En esa frase se recogen muchos de los valores del deporte del balón ovalado. La educación, la sobriedad, la rectitud, la madurez y, sobre todo, el respeto. Todos estos sustantivos están presentes en el mundo del rugby.

Es difícil imaginar que en un encuentro de fútbol un jugador hable de usted y de señor al árbitro. En el balompié y en otros deportes. En el rugby sí. Un vistazo panorámico al entrenamiento de los chicos del Club de Rugby Málaga confirma esta idea. Mientras los jugadores del equipo malagueño realizan una dura carrera continua, siempre en línea de tres, un hombre que ha dedicado toda su vida al rugby y quien debe mucho a este deporte lee sus apuntes. Es Pedro Leiva, el entrenador del conjunto malagueño que regresa esta temporada a la Primera Nacional, equivalente a la Segunda División B en fútbol. "El rugby es un deporte honesto, que transmite valores y que te enseña a llevar un orden y una forma de vida", asevera el técnico, quien antes de ser capitán fue marinero: "Este club ha sido parte de mi vida. He sido jugador durante muchos años y ahora soy entrenador y, además, miembro de la junta directiva".

El rugby será deporte olímpico en los Juegos de Río de Janeiro, en 2014, y la situación de este deporte en España no es halagüeña. "Aunque en Río se jugará el rugby en la modalidad seven (siete jugadores por equipo), en España seguimos estando unos cuantos escalones por debajo de las potencias. Somos un país de cuarta fila mundial", masculla Leiva, que achaca esto a un problema que sufren la mayoría de deportes arrinconados: "Aquí hay poca afición, en comparación con otros países como los británicos o Francia, pero si a eso le sumamos que las instalaciones son precarias y los recursos son mínimos, avanzar es imposible".

Como en todas las disciplinas deportivas que viven bajo la dictadura del fútbol, baloncesto o tenis, hay que estar muy enamorado de lo que se practica para seguir en la lucha. El rugby es un deporte que, a quienes lo practican, les devuelve ese amor en forma de enseñanzas y de amigos. No es usual en cualquier otra disciplina deportiva que el equipo local invite a comer y a compartir un rato con el conjunto visitante. Se trata del famoso tercer tiempo. Un momento de fraternización y unidad, que sin la humildad y respeto que se respira en un campo de rugby, sería inimaginable.

Además de la unión con el rival, el rugby es el deporte colectivo por excelencia. Confiar en el compañero es fundamental para evitar golpes y cualquier tipo de lesión. Además de ello, un equipo de rugby es un bloque que juega al unísono. En cuanto uno de esos pilares que sustenta el edificio falla, el equipo entero lo sufre. "Por ello es fundamental que los jugadores sean amigos. La capacidad de sacrificio y de ayuda es mayor si existe una amistad", manifiesta Pedro Leiva, quien obliga a sus pupilos a mantener silencio mientras se ejercitan: "Es fundamental que vean que esto es serio y que la rectitud es necesaria".

Un deporte de bestias jugado por caballeros. De esta manera tan peculiar, pero tan definitoria, se describe al rugby. Un deporte en el que el ganador homenajea al rival, y viceversa. Donde la figura del árbitro es respetada. Donde el reconocimiento y la pleitesía son fundamentales. Un deporte de valores, que más allá de lo que piensan muchos, crea vida.

stats