En el vestuario del Unicaja hay mucha sangre balcánica. El esloveno Zoran Dragic y el serbio Stimac más los jóvenes bosnios Dejan Todorovic y Kenan Karahodzic, que, sobre todo el primero, entrenan con el primer equipo con frecuencia. Todos han vivido a su manera el drama que asoló en los últimos días a sus países con las inundaciones terribles que han causado muerte y destrucción.

Ayer se presentó la campaña que el Unicaja desarrolla, a través de la Obra Social y con la colaboración de Cruz Roja Internacional, en estos días. Un euro de cada entrada vendida para el partido de hoy ante el Gran Canaria irá destinado al evento. Se sortearán las camisetas oficiales de Zoran Dragic y Vladimir Stimac, firmadas por ellos, con los boletos que se venderán en el pabellón durante el partido. La Obra Social realizará un donativo solidario y, quien lo desee, puede sumarse aportando a la Fila 0.

Dejan Todorovic vio cómo sus tíos han perdido su casa en Banja Luka, segunda ciudad más grande de Bosnia. "Están sanos aunque sus casas han quedado totalmente destruídas. Al menos se salvaron", dice el joven escolta del Unicaja. Los abuelos de Zoran Dragic también se vieron afectados al sur de Eslovenia. Más suerte para los familiares de Stimac, que viven en Belgrado. "Se quedó cerca de la capital, pero no llegó. Es una pena, ver las imágenes duele mucho. Gracias al club por su ayuda", decía el gigante serbio. Karahodzic vive cerca de la frontera con Hungría y su familia quedó a salvo.