voleibol

Cuando emigrar es la única solución

  • El caso de Miguel Ángel de Amo, que se marcha a Chipre, se está convirtiendo en una peligrosa rutina

Cuando una persona tiene que salir de su país para asegurarse un trabajo, algo va mal. Este es el caso de Miguel Ángel de Amo, un jugador malagueño de voleibol que ha tenido que emigrar a Chipre no para practicar su deporte, sino para poder sobrevivir.

Detrás de esa figura de 185 centímetros hay una familia, una vida, que provoca que en muchas ocasiones haya que tomar decisiones drásticas y vitales, como dejar toda una carrera deportiva en España, para aterrizar en un país sin tener conciencia muy bien de qué se va a encontrar allí. "Ahora mismo en España la crisis ha afectado al deporte, pero sobretodo a los deportes minoritarios. En el voleibol nacional muchos clubes no están pagando a sus jugadores y esta situación hace imposible quedarnos aquí", sostiene un melancólico, pero a la vez ilusionado, De Amo.

El voleibol en España, al igual que otros deportes como el atletismo, vive un momento de depresión en el que salir de ese estado está siendo una ardua tarea. La figura de Rafael Pascual, considerado durante muchos años uno de los mejores jugadores del Mundo, fue básica en el desarrollo nacional de este deporte. Pero también es la losa de la que todavía no ha conseguido desprenderse. Ni tan siquiera vencer a la potente Rusia en el Campeonato de Europa de 2007, que se disputaba en el país soviético, permitió la estabilidad deseada. "No veo una recuperación a corto plazo. Esto no es algo que vaya a cambiar en uno o dos años. Hay que volver a empezar desde abajo", masculla este malagueño, que incide en la necesidad de recuperar el interés de los jóvenes: "Si un niño no ve voleibol no lo querrá practicar. Es algo que hay que frecuentar en las escuelas. Se está perdiendo la publicidad de practicar deporte en los colegios y ello provoca que muchos deportes vivan momentos complicados".

De Amo, que también compite en voley playa, es reciente subcampeón del Europeo Universitario que se disputó en Playamar el pasado mes, se va al Nea de Salamina de la liga chipriota de voleibol con objetivos muy claros: "Luchar por títulos, disputar una competición europea [el Nea está clasificado para disputar la Challenge Cup, la segunda competición continental] y, sobre todo, regresar a las convocatorias de la selección nacional".

Después de tres años siendo subcampeona de la Liga Europea, la selección española vive su particular relevo generacional y la evolución de las nuevas caras está haciendo que las esperanzas en futuros éxitos sean abundantes. "A nivel de selección, los resultados van mejorando poco a poco y, tras varios años en claro ascenso, tenemos el objetivo de volver a la Liga Mundial y competir con los mejores", afirma el jugador que ha sido 19 veces internacional y que consiguió en 2010 la medalla de plata de la Liga Europea, que es el gran logro de Miguel Ángel de Amo como profesional.

Después de nueve años como profesional, en equipos importantes como PTV Telecom, Numancia de Soria, FC Barcelona y Cajasol Juvasa, entre otros, De Amo tiene que marcharse a Chipre. Con dudas o sin ellas, su ida es obligada, porque cuando la crisis azota, los más débiles sufren y, si el fútbol padece de tos, el resto de deportes tienen que ser ingresados en la UCI, con muchos problemas para sobrevivir.

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