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"No entiendo un club o un futbolista sin ambición"

  • Kameni, que será presentado mañana, se despide del Espanyol "sin una explicación" y víctima de sus ansias de crecimiento

Carlos Kameni no cambiará los colores que ha defendido en los últimos siete años y medio, pero sí el chip. Al fin el ansiado punto de inflexión. Se va del Espanyol, donde sus altas miras le llevaron a las catacumbas el último año. Llega al Málaga, donde puede encontrar lo que demandaba en Barcelona, la opción de crecer. Tiene personalidad, en su despedida ahondó de manera lapidaria en los motivos por los que abandona la Ciudad Condal: "Nunca he entendido un futbolista o un club sin ambición. En siete años y medio siempre dije que había que serlo".

No es su adiós oficial, sino oficioso, en las páginas de los colegas de Sport. Mañana, en su presentación como jugador del Málaga, le tocará hablar más de futuro que del pasado. En Barcelona sigue interesando más el desapego del club y Mauricio Pochettino con él, motivo por el que hoy es jugador del Málaga. Sucedió la temporada pasada que el Espanyol completó una primera vuelta que invitaba a la clasificación europea; luego llegó un bache y, en plena indefinición futbolística, el meta camerunés apostó por el órdago europeo, finalmente no conseguido. Su técnico y algunos dirigentes lo entendieron como la significación de un mensaje conformista por parte del club. Su buena amistad con Tamudo, quien protagonizó el divorcio más sonado de la historia del club, dio el otro empujón.

Tras un amago de quedarse aparte (el equipo lo necesitaba), el verano le quitó los guantes. "Ahí vi el fin", aclara. Es por ello que llevaba seis meses viendo fútbol con las entradas que el club proporciona a los jugadores para sus familiares y por las plataformas televisivas. "Me he quitado un peso de encima. En el momento fue un palo, luego pensé que podría dar la vuelta a la situación como el año anterior. No perdí la fe, pero todo fue de mal a peor", puede decir ahora.

Pellegrini le da la bienvenida, Pochettino no le dijo adiós. Se veían todos los días pero no se hablaban. Aunque Kameni aclara que se va "sin rencor", asumió el frío diario en su relación. "No hablé con él ni pedí explicaciones ni me disculpé porque no sé qué hice mal. De jugadores nunca tuve un problema con él y como técnico nunca dijo 'has hecho esto mal", apostilla.

El camerunés es el segundo futbolista que, rebotado del Espanyol, recala en el Málaga. Le ocurrió lo mismo a Valdo hace dos años y medio, aunque el mediocampista llegó como cedido. Públicamente no tuvo una mala palabra, seguramente por su dependencia contractual de los catalanes, pero estaba harto de sentirse humillado por el entonces su presidente, Daniel Sánchez Llibre, y muchos de sus compañeros de directiva. "Ese club no cuida a sus jugadores", confesaba. Raúl Tamudo, máximo goleador de la historia perica, se fue llorando de allí, acusado de querer irse con una supuesta falsedad documental, relegado de héroe a mercenario.

Kameni se va dolido pero "sin rencor". "El Espanyol ha sido mi carrera", resalta: "Ahora empieza una nueva etapa y estoy con muchas ganas. Voy a trabajar, a ayudar al equipo a conseguir sus objetivos. El Espanyol no lo olvidaré, pero ya soy del Málaga. Tengo que pasar página". Ayer hizo mudanza y hoy puede que hasta se entrene.

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