"La esgrima te toca el ego y luchas por protegerlo"
El malagueño Juanjo Sánchez, que luchará este año por proclamarse campeón de Andalucía, repasa sus inicios tardíos en la modalidad de espada y se muestra satisfecho por recalar en el Club Larios-Perchel
La esgrima, deporte de origen español, tiene varios reductos en Málaga. Uno de ellos es el Club Larios-Perchel, donde se trabaja para fabricar tiradores entre la juventud costasoleña. También cuenta con varias referencias destacadas a nivel regional, como Juanjo Sánchez. Cogió un arma cercano a la treintena, pero la edad nunca le ha sido un obstáculo. Ahora lleva a cabo los primeros entrenamientos del curso para llegar en buenas condiciones al próximo Campeonato de Andalucía. Tras algún que otro podio, su objetivo es llevarse a casa el trofeo en espada de una vez por todas.
"En el Andaluz que disputamos en verano fui tercero en individuales y segundo por equipos. Fue una experiencia muy buena, porque, aunque llevo 11 años compitiendo, me he pasado algo más de un año sin hacerlo y entrenando poco por motivos de trabajo y de cambio de casa", cuenta Sánchez, que, pese al éxito, sufrió lo suyo para obtenerlo: "Hacía un calor increíble en Granada, 40 grados de termómetro nada más y nada menos [risa]. Fue un poco traumático, tuve calambres, me caí... Acabé en tercer lugar, pero ya fui segundo una vez y duele más que ser tercero, porque lo has tenido muy cerca. Aun así, estuvo muy bien".
En los planes del malagueño está seguir en la misma línea. "La temporada acaba de empezar. Ahora tengo pruebas del ranking andaluz, que te dan puntos que te clasifican para el Campeonato de Andalucía. Mi idea es ganarlo", revela el tirador, que duda si participar en alguna que otra cita por el resto de España. "No creo que lo haga. Hace cuatro años que no subo a ninguna. Viví un tiempo en Granada y allí, donde entrenaba todos los días prácticamente, sí podía hacerlo. También tuve una artritis que me hizo dejar la esgrima un poco de lado. Para ese nivel tienes que entrenar bastante, aunque igual para el año que viene me lo planteo", anuncia.
Sánchez lleva más de medio año en el Larios-Perchel y se muestra muy satisfecho. "Yo estaba en Cala de Mijas, pero me vine a Málaga. No tenía club y empecé aquí. Y la verdad es que todo va muy bien, estoy muy contento por todo lo que hemos hecho y el ambiente es muy bueno. Lázaro [Castro] es un pedazo de maestro, estuvo con la selección cubana y tiene un nivel altísimo. También tengo grandes compañeros y eso es el mejor entrenamiento que se puede hacer. Puedes tener mucha teoría, pero no puedes evolucionar como esgrimista sin combatir. Un ambiente así es lo que te motiva para salir corriendo de la oficina", sentencia.
Porque el malagueño ni mucho menos se dedica al deporte en exclusiva. Es psicólogo y pasa consulta: "Intento dejarme un hueco los lunes y los miércoles, que es cuando podemos entrenar. Los días restantes intento jugar al tenis, al pádel o irme a correr". Aprovecha la ocasión y pide que se le ceda a su club más horas y espacio para entrenar. "Estamos en un colegio y nos tenemos que adaptar a sus horarios, pero nos gustaría tener una sala para nosotros. Cuando estaba en Granada era así, lo que te permite entrenar todos los días", señala.
La historia de Sánchez, no obstante, es la de un tirador tardío. No empezó hasta los 28 años. Su primer club fue el Ciudad Jardín. Luego pasó por Granada y Mijas hasta su situación actual. "Yo estaba estudiando 4º de Psicología y una profesora nos llevó a una exhibición. Pidieron voluntarios y, no sé por qué, levanté la mano. Me encantó, pero tenía clases por la tarde y la esgrima se hacía al mismo tiempo. Estuve tres años sin practicarla apenas, pero después me apunté al Ciudad Jardín", rememora sobre sus inicios.
Sánchez reconoce que echó "mucho de menos" no poder coger una espada el último año que estuvo fuera de las salas. "La esgrima es un vicio, un veneno que pica y no te puedes quitar. Es parecido a la vida real, porque te tienes que enfrentar a ella, la esgrima te pone obstáculos y tú tienes que ir salvándolos. Cada asalto es diferente. Además, te toca mucho el ego y tú luchas por protegerlo. Si pierdes te fastidia mucho, pero yo me lo tomo como un aprendizaje y una diversión", explica con vehemencia.
El malacitano recomienda su práctica porque, además, es para todas las edades. "En Alemania, estando yo en mi plenitud, me enfrenté a gente de más de 70 años a los que ganaba por poco. No tenían muchas piernas, pero sí unos brazos increíbles", cuenta a modo de anécdota.
Sánchez lamenta, asimismo, que la esgrima se asocie a clases sociales altas. "Es un punto negro que va con nosotros. Se le considera un deporte pijo y de difícil acceso, pero ni mucho menos, por 30 euros puedes hacer esgrima perfectamente, no somos unos señoritos. Nadie lo conoce, parece que no existe y conozco muy poca gente que conozca a otra gente que haga esgrima. Tampoco salimos en la tele y eso nos lastra. Eso sí, el día que lo pruebas, te encanta y no lo dejas. Da igual que seas bajo, alto o gordo, porque la espada mide un metro para todo el mundo", zanja.
No hay comentarios