La euforia traiciona

El Málaga tiene el reto de prolongar ante un rival directo como el Getafe su buen momento en una semana en la que apenas se habló de fútbol Duda y Atsu aspiran a hacer de Chory Cifu y Ricca, en la lista

Charles intenta controlar un balón de cabeza en un entrenamiento reciente.
Charles intenta controlar un balón de cabeza en un entrenamiento reciente.
Ismael Touat Málaga

05 de febrero 2016 - 05:02

Casi por sorpresa el abonado del Málaga se encuentra con que esta noche dan fútbol en su templo blanquiazul. La dulce resaca de la victoria en Ipurúa no duró ni el tiempo que necesita el ibuprofeno en hacer efecto un mortífero domingo por la mañana. Ya es viernes y en clave malaguista se ha hablado de mercados de invierno, de quién es Fede Ricca, si la rodilla de Ike Uche trae garantía, por qué no dejaron entrar a los socios a la junta de accionistas, el cómico vídeo de la misma, números futuros, deudas presentes y gestiones pretéritas. En mitad de esa bruma, el Getafe aparece esta noche por Martiricos. Como los ladrones vestidos de negro que portan guante blanco, los de Fran Escribá no han hecho el menor ruido. Y conviene no distraerse, porque el equipo azulón es adversario directo. Conviene no dispersarse con lo que rodea a la plantilla ni tampoco confiarse por el buen fútbol recientemente desplegado y la soberbia victoria lograda en Éibar. Lo que va más allá del terreno de juego suele despistar, pero la euforia, y esto sí que sería imperdonable, traiciona.

Qué tendrá el Getafe que con una masa social decreciente acumula más de una década en Primera, éxitos europeos incluidos. El secreto de la actual campaña se llama Fran Escribá. Como Javi Gracia, un entrenador con juventud, innovación y trabajo por bandera. Apenas un punto separa a Málaga (27) y Getafe (26). La trayectoria reciente de ambos conjuntos presenta similitudes: si bien el Málaga ganó al Éibar tras dos honrosas e inmerecidas derrotas ante Sevilla y Barça después de buenísima racha de un mes y pico sin conocer la derrota, el Getafe acumulaba seis jornadas puntuando (tres triunfos y tres empates) que se han truncado las últimas dos semanas al caer contra Granada y Athletic.

Tiene el Málaga el reto de seguir engordando su buena línea de juego y resultados y, por qué no, engancharse en el tren con posible destino europeo. Hace dos meses era impensable siquiera imaginar la tranquilidad que envuelve al fútbol del bloque que dirige Javi Gracia. Hubo un tiempo en que la pelota literalmente quemaba los pies de los blanquiazules. Nada que ver con la seguridad y frialdad casi industrial exhibida en actuaciones como las del pasado sábado en Ipurúa. El Málaga ganó la partida en un campo donde sólo habían triunfado Madrid y Atlético desde el minuto 1. Camacho, dos delanteros, la presión alta... Varias son las causas. Hasta la suerte ha acompañado en lances del juego que no hace demasiado acababan en gol en contra u ocasiones clamorosas que se alejaban por encima del larguero rival. Incluso ausencias que se presuponían de importancia como la de Nordin Amrabat, que prefirió invertir sus galopadas por campos ingleses, no han hecho daño. Paradójicamente, el Málaga ha ganado a Juanpi para la causa en lugar de echar de menos a Amrabat. El venezolano, autor de dos goles y en pleno crecimiento futbolístico, está aprovechando la oportunidad tras varias intentonas en las que no rompió. El Málaga es otro, Juanpi es otro y La Rosaleda quiere seguir festejándolo.

Quien tendrá la opción de sentir en sus carnes cómo se vive el fútbol en Martiricos son Cifu y Ricca, dos de las últimas incorporaciones. Fueron la novedad de la lista de convocados ofrecida ayer. En la misma está Christian Atsu, pero no Uche, quien aún se rueda por la inactividad provocada por una maltrecha rodilla izquierda. Tampoco estará presente, y esto bien que lo lamenta Gracia, Chory Castro. Los isquiotibiales del uruguayo gritaron basta en Ipurúa y necesitará al menos un mes para curarlos.

La incomparecencia por este percance físico de Chory Castro le genera un problema bastante gordo a Gracia. Tirar de Duda, que ha sido un habitual para el técnico, o de la novedad Atsu son algunas de las opciones. No se prevén más sorpresas que aquellos cambios esperados por lesión o sanción. Por una cosa y otra no jugarán esta noche Weligton y Albentosa. La marcha de Angeleri mengua la nómina de centrales, por lo que Filipenko y Torres apuntan a pareja en el eje. Ricca aumenta la competencia en el lateral zurdo, aunque parece precipitada su presencia en el once.

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