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El famoso muro y la fuerza de la maternidad

  • Juan Vázquez protagonizó la imagen más dramática en la línea de meta y Gemma Arenas, la más emotiva

Ser espectador en la línea de meta de un maratón supone una experiencia única. Por delante pasan corredores sonrientes, orgullosos, concentrados, gesticulantes, emocionados, doloridos, rápidos, cojos, andando... Atletas que ven la meta como el fin de sus penurias, de dos, tres, cuatro o hasta cinco horas de lucha contra uno mismo y los límites propios. Ayer se produjeron incontables estampas en el Estadio Ciudad de Málaga, pero dos destacaron sobre el resto.

La primera la protagoniza el ganador del año pasado, Juan Vázquez. Sólo pudo ser cuarto. Llegó tambaleándose, con los ojos cerrados y poniendo rodilla en tierra nada más cruzar la meta. El motivo lo explicaba él mismo una hora después, ya recuperado: "Es la primera vez que veo al del mazo tan cerca de mí. Lo he pasado muy, muy mal. Es la primera vez que veo el famoso muro de la maratón. Ya sé lo que es y la verdad es que es una sensación de impotencia total. Te dan ganas de tirarte al suelo y ponerte a llorar, es terrible. Los últimos siete kilómetros los he hecho con los ojos cerrados porque no podía ni abrirnos, no sé cómo he llegado a la meta". El malagueño intentaba encontrar inútilmente una explicación a su desfallecimiento: "De entrenamiento venía bien. Quizá no me he hidratado bien, no sé. En el 25 me he tomado medio gel, nunca tomo gel. No sé si habrá sido eso, pero no podía correr, iba bien y de pronto no podía. Eso es el muro del maratón, no tiene otra explicación. Es la primera vez que lo sufro. Es una impotencia total, no se puede correr". Pese a todo, el perote estableció la mejor marca nacional para corredores de 50 años de edad.

 

Vázquez puso el dramatismo y Gemma Arenas, la emoción. Mientras la ganadora de la prueba dejaba atrás a Cristina Allés antes de entrar en el estadio, su marido y su hijo Lucas, de un año, le esperaban en la recta de meta. La ciudadrealeña tuvo tiempo de ser felicitada por su familia antes de coronarse como ganadora. Y no dudó con subir al podio con el pequeño Lucas. La de Almagro retomó la competición hace solo unos meses, una vez se recuperó del parto. Asegura que se entrena como puede, "en el tiempo que me deja el pequeño", y se sorprende por el buen estado de forma que ha adquirido en tan poco tiempo. Venía de ganar el Maratón de Ciudad Real y ayer ganó su segundo maratón estableciendo su mejor marca personal. Dice que es "la fuerza de la maternidad".

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